PREMIAR Y PRIMAR EL NO TALENTO

Hace ya unas semanas saltaba el escándalo en Estados Unidos: la aseguradora AIG, reflotada por el gobierno estadounidense con más de 182.000 millones de dólares, iba a repartir entre sus ejecutivos una nada despreciable cantidad de 218 millones de dólares (unos 160 millones de euros). Sin querer ser demagógico y retroceder hacia el pasado, calculado en pesetas serían unos…26.000 millones aproximadamente. El fiscal del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, reveló cómo fue el reparto de las bonificaciones de la aseguradora: el mayor bonus fue de 6,4 millones de dólares y los diez directivos más ‘afortunados’ recibieron 42 millones de dólares en total.
Para hacernos una idea del tipo de empresa de la que estamos hablando, sólo comentar que American International Group, Inc. (AIG) es líder mundial de seguros y servicios financieros y su red se extiende por más de 130 países. Sus clientes son particulares, instituciones y empresas. En los Estados Unidos AIG es el actor más importante en el sector de seguros comerciales e industriales. Cotiza en las bolsas de Nueva York, Zúrich, París y Tokyo

En un año, donde las pérdidas de la empresa han hecho que ésta casi desaparezca y que el gobierno norteamericano haya tomado el control casi del 80% de la organización para garantizar su continuidad, nos encontramos con el conocido asunto de las primas, las estancias de en hoteles de lujo y el posterior “arrepentimiento”.
Me he permitido tomar prestado de alguna manera el término que usaba Pilar Jericó en uno de sus libros: “El no miedo”. Afirma la autora que “no podemos vivir sin miedo, lo necesitamos, pero sí podemos conseguir que el miedo no nos domine”. Haciendo un pequeño simil podemos afirmar que existe el “no talento”.
¿Cómo podríamos definir no talento?
El “no talento” se representa perfectamente en el ejemplo de AIG. En este caso, si el talento se ve ese potencial para desarrollar ciertas aptitudes, en el caso de AIG se ha convertido en el talento expresado como la antigua moneda usada durante el período helenístico y las guerras púnicas (ver wikipedia). El no talento es la no expresión de capacidades, compromisos y decencia, como diría Leopoldo Abadía.
Pero lo más curioso ha surgido con las declaraciones del presidente de AIG, Edward Liddy, que considera de «mal gusto» los 165 millones de dólares que la firma repartió en bonificaciones entre sus ejecutivos, aunque defiende su reparto porque la empresa estaba «atada» legalmente: “las primas habían sido firmadas en los contratos de más de un año de antigüedad” En todo caso, Liddy ha pedido a los directivos bonificados que devuelvan «al menos la mitad» de lo cobrado.
En mí opinión, el presidente ha carecido de dos elementos fundamentales: coherencia y liderazgo. La situación en la empresa ha sido de órdago y no ha tenido una buena política de comunicación (qué mal queda eso de pedir “la mitad”) ni la capacidad de previsión y gestión para abordar el año que se le venía encima.
Al menos otras entidades, han solicitado de inmediato a sus directivos que renuncien de inmediato a las primas. Si la cita célebre decía “la mujer del césar no ha de ser sólo honesta, sino además parecerlo”, en al caso de éstas últimas por lo menos lo parece.

Oliver Serrano León

2 opiniones en “PREMIAR Y PRIMAR EL NO TALENTO”

  1. Muy interesante tu nueva creación conceptual… eso del «no talento» podría muy bien aplicarse a los componentes principales de la actual situación… Lo que me sorpende y asusta, es que el «no talento» sea tan común y que ya parece un virus, espero que pronto se corrija esa tendencia de dejar el talento de lado.
    SM

  2. Gracias Senior por pasarte de nuevo por el blog. Desde luego no pretendo haber creado un nuevo concepto (más que nada porque como decía en mi post, ha sido una idea que he tomado prestada a Pilar Jericó, con su «nomiedo»). En todo caso estoy de acuerdo con tu preocupación de que el no talento sea un virus; pero más preocupante aún es que en vez de intentar erradicarlo parece que en los últimos tiempos se ha premiado estar contagiado del virus. ¿Encontraremos una vacuna?

    Saludos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *