A MÍ NO SE ME CAEN LOS ANILLOS

Hace unos días se emitía en TVE-1, dentro del programa “Comando Actualidad”, un reportaje sobre personas que habían perdido su empleo o su empresa y se habían visto obligados a aceptar un trabajo muy por debajo de sus expectativas, tanto por el tipo de trabajo como por la remuneración del mismo.

En el reportaje podemos observar cómo trabajadores o empresarios que se encontraban en un status social acomodado se han visto obligados a adaptarse a una situación completamente diferente, pasando a ser en muchas ocasiones parte de los mileuristas.

Algunos especialistas ya han señalado que uno de los grandes problemas que se ha destapado con la crisis económica es el nivel de vida que algunos han alcanzado, pero sin demasiada previsión de futuro. Personalmente yo lo llamo “economía pseudosumergida”, donde en principio hay muchos trabajadores que están en situación legal, con un contrato y con una nómina, pero que también reciben mucho dinero en B, que luego no se ve reflejado en las prestaciones por desempleo.

En todo caso son muchos los desempleados que pasan por los servicios de orientación que usan con frecuencia la famosa frase: “No se me caen los anillos por tal o cual trabajo”. El problema surge cuando se concreta la oferta. Me recuerda a uno de los ejemplos que nos ponían en clase de Psicología Social acerca de las actitudes. Si le preguntamos a alguien por la calle ¿caballero, es usted racista? Lo más probable, por razones de deseabilidad social es que nos conteste “por supuesto que no”; pero si a continuación le preguntamos ¿Tendría usted problemas para que su hija se casara con un negro? La respuesta en muchas ocasiones será titubeante, dudosa o simplemente dirá que no le gustaría demasiado.

En la situación de búsqueda de empleo pasa algo similar. Sabemos perfectamente que el argumento apropiado es decir que aceptaríamos cualquier trabajo dada la situación de apuro por la que estamos pasando, pero otra cosa es la actitud de los demandantes de empleo ante una propuesta en concreto.

Por desgracia, independientemente del número de veces que oigo la frase a lo largo de las semanas, también llegan a mi oído afirmaciones tales como “yo por menos de 1200 no cojo ese trabajo” “¿Desplazarme 20 km, por ese dinero? Ni loco.” Como vemos, una cosa es la deseabilidad social (hay que decir lo que la sociedad espera que digamos) y otra las actitudes reales ante la búsqueda de empleo.

Nos encontramos ante una incoherencia; por un lado, la situación objetiva es de crisis, de falta de recursos y liquidez, pero por otro lado nos hemos acostumbrado a la tele de plasma, al satélite en la azotea y a la ropa de marca. ¿No será el momento de ajustar nuestras condiciones de vida y bajar un poco el listón? ¿Qué tipo de trabajo estarías dispuesto a aceptar? ¿Cuál sería la mínima remuneración por la que estarías dispuesto a incorporarte a una empresa?

Oliver Serrano León

17 opiniones en “A MÍ NO SE ME CAEN LOS ANILLOS”

  1. Seguramante quienes no aceptan rebajar ciertas condiciones de calidad de vida para afrontar un nuevo empleo sea porque realmente no necesita imperiosamente ese ingreso económico. Cuando la necesidad es de verdad, la intención de permanecer en determinado estatus social desaparece por completo.

    Un saludo

  2. Hola Nacho, gracias por pasarte y comentar, y felicidades de nuevo por tu mención en los premios RRHH. Desde luego coincido contigo, es más, en este tipo de épocas de cambio (para no decir siempre "crisis"), es cuando más aflora la economía sumergida, más bien reflota del todo. En cualquier caso quería incidir en que en muchas ocasiones lo que decimos y lo que hacemos dista mucho de ser lo mismo.

    Saludos

  3. Estoy con Nacho…si alguien lo dice y no lo hace es porque no tiene necesidad imperiosa para comer.

    También estoy de acuerdo con Formación y Talento cuando dice que en momentos de crisis "reflota" la economía sumergida. Que levante la mano quien, alguna en vez en su vida, no ha caído en las redes del "dinero negro". Yo he caído varias y todas en periodos concretos de "crisis doméstica". Y el trabajo más "sumergido" que he hecho coincidió con la mayor "crisis" que he tenido que afrontar.

    Trabajar de sol a sol, a veces 16 horas, llevando parte del trabajo a casa, en un taller de costura para hostelería, sin contrato, sin ningún tipo de cobertura, con mi propia máquina de coser….todo a 30 ptas la servilleta estandar, cortada, cosida y planchada. El mes que más cobré fueron 65 mil ptas, más de 2000 servilletas.

    Pero como dice mi madre, 65 sobre nada, son 65…y nada sobre nada, más que nadar, se ahoga.

    Muy buen post, me gustó.
    Un saludo.

    María Hdez.

    P.D.: por cierto, yo no tengo ni TDT, a lo mejor eso ayuda para que los anillos no sólo no se me caigan, sino que ni siquiera llevo.

  4. Hola María, encantados de saludarte (desde muy cerquita por lo que vemos)y gracias por comentar. No te preocupes que la TDT es gratuita (de momento) ;). Más grave que la economía sumergida veo lo que comentaba en el post, la economía "pseudosumergida", que es la existente cuando las cosas van bien. ¿Cuánto ganaríamos todos si todos los empleos cotizaran a la S.S.? ¿Quizás interesa que siga existiendo la economía sumergida?

    Saludos

  5. Hola de nuevo:

    Bueno, me refería al receptor del TDT, jeje, la señal es gratis.
    Pues vereis, respecto a cuando las cosas van bien y lo de cotizar, estoy de acuerdo.

    Cuando en la declaración de la renta se podían desgravar parte de los "gastos médicos" todo el mundo pedía sus facturas. Pues bien, unos años más tarde, tuve que pedir cita en la consulta de un reconocido oftalmólogo. Corría el mes de diciembre cuando conseguí, por fin, la cita. Al terminar la consulta, por la que estaba dispuesta a pagar lo que fuera, pedí la factura. Cual fue mi sorpresa al ver que el número era el 91 de todo un año. Pero ¿cómo era posible?, me costó sudores encontrar un hueco, cuando llegué a la consulta habían, por lo menos, 15 personas esperando y tenían consulta 3 días a la semana ¿sólo habían pedido factura 91 personas? ¿y el resto?. Alarmante.
    Pero es más, existen algunas consultas donde ya te dicen de primera hora "el pago es en efectivo" y uno va con su dinerito en la cartera, sin rechistar. Pues bien, eso lo hacen para que no quede constancia ni en los datáfonos. Muy bien, pago lo que me pides, como me lo pides, pero dame factura.

    Y preguntáis ¿qué pasaría si todos los empleos cotizaran?. Yo creo que es evidente.

    Desde luego, mi recomendación es que siempre, siempre, se pida factura por cualquier servicio o compra que uno realice. Lo haces con el mecánico del coche ¿por qué no en una consulta, en el dentista, al fontanero o el carpintero?. En esto, la verdad, tampoco "se me caen los anillos", ni paso verguenza, ni nada por el estilo. Pago lo que se me pide, pero a cambio…quiero la factura.
    Hace unas semanas salió un estudio sobre la cantidad de dinero (media) que declaran los trabajadores por cuenta ajena y lo que declaran los autónomos…apabullante. Da la sensación de que el que tiene su propia empresa está perdiendo dinero y trabaja por amor al arte; ¿no come?. Algo pasa y no es tan difícil imaginarlo.

    No se yo si interesa, pero desde luego no se hace mucho por erradicarla.

    Un saludo.
    María Hdez.

  6. Hola de nuevo María. Lo peor de lo que comentas es que nos hemos habituado a este tipo de cosas y ni siquiera nos quejamos. Vemos normal que un político se lleve comisiones, vemos normal que en una consulta haya que pagar en metálico y sin factura, vemos normal que a los trabajadores de a construcción se les pague parte en A y otra parte en B, y si seguimos así, nos sobran los ejemplos. Spain is diferent, my friend. En cualquier caso, con este tipo de "costumbres", perdemos todos, a nivel individual pero sobre todo a nivel estatal son miles de millones de euros que no llegan a Hacienda.

  7. De acuerdo en la economía sumergida y pseudosumergida, y en los ejemplos que hay de comodidades y negación al cambio.

    Pero debemos de tener cuidado, con generalizar, que a veces también se abusa mucho en este país de la "generosidad" de ofrecer un empleo en unas condiciones abusivas y luego quejarse de que no quieren trabajar.

    Además, siempre se ven las cosas más fáciles desde el empleo que desde el paro… Hay verdaderos dramas, con apariencia de vida holgada. Los orientadores son gente con empleo, ven los toros desde la barrera.

  8. Hola Amparo, gracias por pasarte y comentar. Es cierto: los orientadores tenemos trabajo, pero ver los toros desde la barrera no es verlos en la grada. Te explico a que me refiero:

    En el caso de los orientadores del programa OPEA, sólo "nos dejan" trabajar 8 o 9 meses al año, lo que implica 3 o 4 meses de paro (y no todos los años tenemos derecho a prestaciones, depende de la situación de cada uno), así que sabemos perfectamente lo que es estar en paro y lo que conlleva.

    El trabajo de las personas que orientamos a desempleados depende muchas veces del proyecto para el que trabajes o de la institución que te contrate (no es lo mismo estar contratado por una fundación si ánimo de lucro que por los servicios de empleo de na comunidad autónoma).

    Con esto no quiero ir de víctima ni mucho menos, pero sólo quiero aclararte que nuestras condiciones a veces no son tn buenas como pueda parecer. En cualquier caso Amparo suscribo lo que comentas: siempre que se generaliza se comete una injusticia, y hay infinitas situaciones que requieren infinitos modos de actuar e infinitas tomas de decisiones.

    Sólo me refería a que, en general, creo que no hemos puesto unos estandares de vida muy altos y luego nos cuesta mucho bajar el nivel; en cuanto a los empresarios, también de acuerdo contigo (me refería a ellos cuando hablaba de que algunos pagan partes en B).

    Gracias de nuevo por participar y un saludo 😉

  9. Debate afuera… sigo pensando que en España no falta trabajo, sino las ganas de trabajar. El racismo es un ejemplo excelente y es que si nos fijamos bien, la mayoría de los empleos relacionados con los servicios están llenandose de inmigrantes e identificándose con ellos, lo que a muchos españoles previene de tomar empleos en dichso servicios… Aquí pasará como en EEUU, en donde una clase estará trabajando en ciertos empleos y en donde "las castas" sólo aceptarán los que tengan cierto estatus.
    SM

  10. Dos ejemplos de la "calle" para lo que comenta Senior Manager.

    Situación:
    Un grupo de jóvenes (entre 22 y 30 años), apalancados en un muro del barrio, entre canuto y canuto y uno dice:
    "El tío me llama pa' trabajar y me dice que 1.200 euros de lunes a viernes ¿estámos locos o qué?".
    A mi me faltó un poco de cara para preguntarle el teléfono de quién ofrecía el empleo, porque ganas no me faltaron de quedármelo.

    Situación:
    Padre de familia, encofrador en paro desde hace casi un año.
    Le dan aviso sobre una posible oferta. Acude y las condiciones son 1200 euros con todo incluído, de lunes a lunes, turnos de 12 horas diarias, sin descansos.
    Su mujer le dice: No lo aceptes, acabarás teniendo un accidente, sin descansar no se puede hacer ese trabajo. Busca uno de 800 euros, nos arreglaremos, pero verás crecer a tus hijos.

    Las "ganas de trabajar" dependen en buena parte de las necesidades que necesites cubrir y las circunstancias que lo rodeen.
    Lo malo es que hay quien se "enriquece" con las circunstancias del otro y se aprovechan hasta límites que rayan el abuso. Aún así, el que tiene hambre trabajará de cualquier forma, aún poniéndose en riesgo, y si no lo hace es porque aún no le ruge el estómago.

    Un saludo.

  11. Hola SM. Yo creo que sí que falta trabajo, o por lo menos hay menos que antes o es de menos calidad. EStoy de acuerdo con lo que comentas acerca del ejemplo de EEUU, sólo hace falta darse un paseo por las grades capitales españolas para verquién está trabajando en hostelería, geriatría, agricultura, etc…aquellas imágenes que veíamos en las películas made in USA las tenemos ahoraen vivo y en directo.

    Hola María: te aseguro qe a diario veo ejemplos de los dos tipos. El joven que ganaba 1800 haciendo horas con la ferralla ya no quiere trabaja por menos, y el que de verdad necesita el trabajo puede que lo consiga peroen condicione bastante peores que antes. Insisto, y soy un poco pesado, en que si se hicieran inspecciones en algunas empresas de construcción y servicios la cantidad de dinero negro y contratos irregulares sería, cuanto menos, notable.

  12. Yo el tema lo llevaría por otros derroteros… ¿y por qué hablamos de "caerse los anillos" a tiempo pasado, ahora que no tenemos lo que teníamos, que nos vemos haciendo algo que ni pensamos ni soñamos, por una cuantia que…? Más valiera que dejaramos caer los anillos antes de vernos sin… ¿qué os parece por empezar a usar el metro? economizar en absurdas llamadas de móvil? ser capaces de levantarnos a abrir la puerta, cambiar el tóner, o cerrar la bolsa de la basura?
    No vaya a ser que lo que se nos debería caer en estos momentos, es la cara de vergüenza.
    Saludos, María.

  13. Hola MaS, gracias por pasarte y oomentar. Efectivamente una de las cosas acerca de las que deberíamos reflexionar es el nivel de vida que hemos llevado estos ultimos años: si tú tienes, yo quiero tener más, y el otro más que yo…etc. Como decía el gran Leopoldo Abadía, hay una crisis, por encima de la ecónómica, de ética y valores.

    Saludos, y por cierto, muy interesante tu blog, ya estas añadida a nuestros favoritos

  14. Hola,

    Comparto una experiencia mía real:

    Acudí a una oferta para vender coches -un trabajo digno como cualquier otro-. Me entrevisté -si se puede llamar así- con el que, teóricamente, sería mi jefe.

    No me dió el trabajo. ¿Por qué? No lo sé. ¿Se me caían los anillos? ¡En absoluto! Quizás a él si que se le caían …

    L@s ofertantes de trabajo también tamizan a l@s demandantes en función de su formación, experiencia y CV. ¿A quién se le caen los anillos?

    Saludos,
    Agustí Brañas

  15. En Argentina, acostumbrados como estamos a las crisis, era/es común encontrar taxistas o remiseros con título universitario. Pero también se dio el auge de las PYMES. Gente que no se dio por vencida y con poca plata y mucho ingenio empezó sus propios emprendimientos. No es fácil, pero tampoco imposible.
    En mi caso, jamás se me cayeron los anillos y cuando hubo que "bajar el listón" como dice alguien por ahí arriba, se bajó.
    Las crisis me han enseñado cuántas cosas innecesarias nos rodean a veces.

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