¿Qué parte de tu felicidad reside en el trabajo?

Los avances de la psicología científica en los últimos años nos han permitido medir casi cualquier constructo hipotético: variables de personalidad muy conocidas, como la extraversión, competencias concretas en el ámbito laboral, destrezas intelectuales generales o específicas, y un sinfín de rasgos comportamentales que pueden servir de indicadores para la estabilidad personal, el desempeño de un puesto de trabajo o muchas otras áreas personales o profesionales. Podemos saber, con cierto margen de error, si una persona cumple unos mínimos dentro de unos perfiles establecidos, o en qué lugar de una escala se encuentra su percentil.
De acuerdo,  pero el caso es que, hasta el momento, la felicidad no ha podido ser encuadrada dentro de un rasgo o estado personal a través estudios serios o cuestionarios que midan rasgos o estados de la personalidad. El concepto de felicidad es tremendamente subjetivo y no existe un acuerdo común en cómo definir el mismo; por otra parte, los castellanohablantes diferenciamos entre el ser y el estar (¿es lo mismo ser feliz que estar feliz?….¿es lo mismo estar depresivo que ser depresivo?….), así que la diferenciación rasgo-estado es otro elemento que aumenta la dificultad para establecer un supuesto constructo hipotético de “felicidad”.
Sin embargo, más allá de qué supone para nosotros la felicidad, sí que parece ser que muchos de nosotros la buscamos y encontramos en ella algunos elementos comunes: bienestar, sentido de la autorrealización, satisfacción, alegría, etc…pero ¿Qué parte de nuestra felicidad reside en nuestro trabajo o empleo?
No es ninguna novedad decir aquí que nuestro empleo consume buena parte de las 24 horas del día (para algunos con suerte, sólo un tercio, para otros la mitad y para los workaholics digamos que cuatro quintas partes ). ¿Y ese número de horas consumidas en la oficina, recorriendo kilómetros o trabajando desde casa puede cubrir nuestras necesidades y hacernos más felices?
Haciendo un análisis simplista y sesgado, podría parecer que el trabajo puede cubrir a la vez los cinco escalones de la pirámide de Maslow. Si nos fijamos un poco, tener un empleo más o menos formal cubre, en primer lugar ciertas necesidades fisológicas, sobre todo la alimentación (aunque suene a perogrullada, trabajamos para “comer”); en segundo lugar, trabajar cumple la función de “seguridad” ( a todos nos gusta tener, aún con los tiempos que corren, una cierta garantía que mañana podremos entrar a nuestra oficina); en tercer lugar, estar empleado nos permite cubrir, aunque no todas, ciertas necesidades de afiliación (no es extraño que con el paso del tiempo algunos de nuestros compañeros de trabajo sean nuestro grupo de referencia o pertenencia ); en cuarto lugar, tener un empleo hace que, en mayor o menor medida, tengamos cubiertas una dosis razonables de percepción de éxito y de respeto a nuestra trayectoria profesional. Por último, y en quinto lugar, no sería extraño pensar que parte del sentido de autorrealización pudiera corresponder a nuestro trabajo, y que percibiéramos éste como una parte fundamental de nuestra felicidad.
Pero hay algo sin duda que falla. Conocemos a muchas personas que cumplirían a rajatabla los factores descritos unas líneas más arriba; profesionales que disfrutan de un puesto de reconocido prestigio que les permitiría cubrir todas las necesidades de abajo a arriba, pero sin embargo no los consideramos felices. Más de una vez hemos observado como una de esas personas, a nuestro parecer “lo tiene todo”, pero vive en un constante “vaso medio vacío”, en donde no caben otras cosas que la negatividad, derrotismo y desánimo.
 El problema es que partimos de una falacia: el trabajo no cubre todos los componentes de nuestro sentido de la felicidad, aún cuando sea un empleo soñado por todos. Si hiciéramos caso al planteamiento propuesto, estaríamos externalizando nuestra felicidad y nos olvidaríamos que el sentido más profundo de la felicidad reside en nosotros mismos. Y si no ¿por qué si comparamos dos personas con características parecidas en cuanto a edad, posición social, puesto de trabajo, etc…una de ellas se muestra feliz y otra no? Porque el trabajo puede ser un factor más que nos ayude, pero no podemos depender de él para ser felices.
No por ser algo necesario, tener trabajo o empleo nos va a enseñar por sí solo el camino para lograr la felicidad. Para mí, todo se resume en una frase: sé feliz y luego vete a trabajar; no pretendas que el trabajo te vuelva feliz. ¿Cómo lo ves tú?

Oliver Serrano León

10 opiniones en “¿Qué parte de tu felicidad reside en el trabajo?”

  1. Interesante tu analisis, como siempre.
    Me parece que el problema mayor reside en la – a veces obligada – separacion entre vida y trabajo.
    Si consideraramos el trabajo como parte integrante e integrada de nuestra vida, entonces… seria parte de nuestra felicidad o infelicidad general.
    Es decir, vida personal, familiar, trabajo, exito, etc. serian solo partes de un todo que es nuestra vida. La felicidad que alcancemos navegara alegremente por entre esos aspectos, sin recalar necesariamente en ninguno.
    En definitiva, postulo VIVIR ENTEROS.
    Gracias por hacerme pensar.

  2. Mira que es un tema complejo….

    Supongamos que lo queremos objetivar. Es decir. Si pienso que un tercio del dia lo paso durmiendo y otro tercio entre descanso, comidas y demás, nos queda otro tercio para el trabajo.

    Si duermo soy feliz. Ya queda fuera del analisis.
    Por lo tanto de la parte consiciente del dia, la mitad se la lleva el trabajo, por lo tanto, creo yo que si quiero ser feliz, necesariamente debo de ser feliz en mi trabajo sino mal.vamos.

    Y estoy objetivizando algo muy complejo, como es un estamo de animo.

    Un saludo

  3. El trabajo contribuye (positiva o negativamente) a la felicidad pero no es la felicidad. Comparto lo que dices de que quien espere que únicamente el trabajo le haga feliz. probablemente se desengañe

  4. Hola Oliver,

    La felicidad es un estado interno que sentimos y desarrollamos en función de muchos factores. El trabajo nos consume muchas horas al dia y debemos estar a gusto en el para evolucionar y no quedarnos estancados. Sin embargo, el estar feliz en el trabajo no depende de las condiciones laborales ni de las relaciones que generemos en el sino del sentido que encontremos a lo que hacemos porque eso parte de nuestro interior.

    La vida se compone de muchas otras cosas a parte del trabajo por lo que debemos de equilibrar nuestras vidas y ser felices en todas las facetas porque valoramos lo que tenemos de forma adecuada.

    Saludos,

    Juan

  5. Hola Oliver
    Yo coincido co Juan, es más el sentido que encontremos en él, como en el resto de la vida. Por eso tampoco se establecer una línea clara entre felicidad y vida laboral y profesional porque pienso que, de alguna manera están unidos por ese sentido que le des a la vida.
    Un abrazo

  6. Hola Adela, gracias por comentar…es el trabajo parte de nuestra vida? Seguro que sí…pero…¿Nos lo tomamos como un castigo o como un premio? Ahí está la cuestión.

    Saludos,
    Oliver

  7. Díficil objetivar Jose Luis, gracias por pasarte. La pregunta sería ¿Debe aportarme mi trabajo cosas para que seas feliz…o debe mi felicidad como persona aportar cosas al trabajo?

    ¿Te atreves a responder?

    Un saludo

  8. Hola Jose Miguel, gracias por pasarte. Quizás lo importante no es pensar de quiñen esperamos la felicidad, como por ejemplo, el trabajo, sino que lo triste es que nuestra felicidad dependa en exclusiva de factores externos.

    Un saludo

  9. Hola Juan, gracias por pasarte. Equilibrio, siempre me ha gustado ese concepto y lo busco día a día…pero ¿qué ocurre con las personas que perciben su trabajo como algo desequilibrante y molesto? ¿No son capaces de aportar algo, o quizás deberían buscar algo en donde pudieran depositar algunos gramos de su felicidad?

    Un saludo

  10. Hola Fernando, gracias por pasarte. Yo conozco casos de todo tipo: personas que son en esencia felices pero que su trabajo les roba algo de ese estado, y personas que son infelices pero "necesitan" el trabajo para ganar algo de autoestima, bienestar o algunos trozos de felicidad…ojalá nadie tuviera que depender de elementos externos, sobre lo interno tenemos algún tipo de control; sobre lo externo, más bien poco.

    Un saludo

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