Hace algunas semanas empezaba un ciclo de posts dedicados a mi propio proyecto de búsqueda de empleo, ya que, aunque trabajo con gran entusiasmo a tiempo parcial en una magnífica consulta privada de psicología e imparto formación cuando puedo y cuando me dejan, los ingresos que obtengo no son suficientes y ando buscando qué soy y en qué puedo encajar en el mercado.
En el primer post hice un análisis DAFO personal, que si bien era algo sui generis, ya que de alguna manera empezaba la casa por el tejado (analizaba mis pros y contras personales y profesionales pero sin objetivos demasiados concretos), me ayudaba a clarificar pasos a dar para conseguir mi propósito en cuanto a empleo se refiere.
Una vez que tengo más o menos claros mis cualidades y defectos y cómo encajarlos en el mercado de trabajo, el siguiente paso sería hacer un DAFO estratégico con un objetivo claro, pero antes de eso me gustaría reflexionar sobre una de las cosas que le suelen pasar a las personas que se quedan en situación de desempleo: la pérdida de la noción del tiempo.
Estamos ahora mismo en la estación del año por excelencia para irnos de vacaciones. Algunas personas ahorran durante todo el año para darse un capricho y volar unos cuantos miles de kilómetros, otros se quedan más cerca de su residencia habitual y algunos, por desgracia, se quedan en casa porque no pueden permitirse salir de ella. Pero en cualquiera de los casos, cuando disfrutamos de las vacaciones desconectamos de tal manera que no somos conscientes en qué día vivimos: un lunes puede ser igual que un domingo porque no hace falta que nos levantemos temprano y nuestras obligaciones se reducen drásticamente.
Pero lo peligroso es estar en situación de desempleo y confundirlo con estar de vacaciones. No cabe duda de que cuando llevamos muchos años trabajando y nos quedamos en paro los primeros días no encajamos bien la situación: nos levantamos de la cama pronto, vemos que en la calle hay actividad porque es un día laborable, pero nos sentimos extraños porque “no hay nada que hacer”. Aunque es aconsejable, si es posible, tomarse un pequeño período sabático para la reflexión antes de iniciar la búsqueda de empleo, ese período puede convertirse peligrosamente en una pérdida de la noción del tiempo para el desempleado, y una confianza ciega en que “ya vendrán cosas mejores” y “el tiempo lo arreglará todo”.
Si a esa situación le sumamos la época estival, es muy fácil dejar pasar los días uno tras otro y no percibir en qué día vivimos ni seguir el ritmo de “los que trabajan”. En mi caso, al trabajar algunos días a la semana no he perdido del todo esa visión, pero las mañanas se han convertido en un espacio demasiado disperso, donde unos días hago cosas y otros no, depende de las circunstancias, y no es bueno que las circunstancias mediaticen totalmente las actividades, eso desde luego. Aunque el tiempo “libre” me ha permitido disfrutar más de la familia y eso no tiene precio
Así que mi siguiente propósito, aún no teniendo todavía del todo claro el proyecto a realizar (aunque cada vez lo tengo más claro y probablemente lo publique en un próximo post), cuando el camino se despeje y los árboles no me impidan ver el bosque, me plantearé hacer una plantilla de horarios como si estuviese estudiando o trabajando (es más: creo que buscar trabajo debe ser un trabajo en sí mismo, por muy mal que estén las cosas).
Hasta el momento no puedo decir que haya estado inactivo: me molesto en mirar ofertas de empleo, he acudido a algunas entrevistas, y como ya he dicho, sigo trabajando en lo que me gusta. Sin embargo, creo que debo racionalizar el tiempo para todas estas actividades independientemente del proyecto que vaya a iniciar. De otra manera, puedo caer en un estado más apático porque un martes o un viernes significan lo mismo para mí de momento.
En resumidas cuentas, al menos por mi parte, voy a intentar aprovechar las horas que tiene el día de forma racional, y no que las horas se aprovechen de mí.
Hola Oliver ¡¡¡
Jum…cuanto me suena lo que cuentas, y estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas; por apuntar un aspecto que a mi me parece más complicado de racionalizar, creo que "los subidones" y "las bajonas emocionales" son las más dificiles de manejar en situación de desempleo y que influyen mucho en la noción del tiempo.
Saludos veraniegos..
Buenas amigo.
Es realmente peligros el que un parado pierda la noción del tiempo, porque serían todos los días 'lunes al sol'.
Para evitar eso el parado debe de mentalizarse que debe de estar activo constantemente. Además eso le permitirá estar más cercano a la realizad que le rodea.
Un saludo
Me parece interesante lo que planteas y estoy de acuerdo contigo en casi todo lo que dices.En mi caso me he dado cuenta que el control del tiempo que tengo es relativo.Muchas veces la administración que puedo hacer de él depende de la oportunidad que entreveo.Ahora mismo acabo de terminar un portafolio, llevaba tiempo con esta opción en la cabeza pero siempre la había desechado por costosa en cuestión de tiempo, poco rentable y porque era la opción en la que no deseaba insirtir. Prepararlo ha sido intenso y duro por lo que supone echar la mirada atrás.
Les recomiendo utilizar el Test Psicométrico PDA una excelente herramienta avalada científicamente que permite identificar el perfil conductual de cada individuo y de esta manera conocer nuestras fortalezas y debilidades e ir mejor preparado a una entrevista laboral.
Saludos, AR