REAL MADRID, CANALES Y GUTI: VOLEAS CERCANAS, TACONES LEJANOS
No se puede negar que el mundo del deporte, y en particular el fútbol, practica unas expectativas de resultados sumamente cortoplacistas. No vale que se les asegure que con un proyecto concreto ganarán algunos títulos en unos cuantos años; han de ser ganados mañana mismo. Una racha de unos cuantos partidos seguidos con derrota como resultado provocan la inefable “crisis”, muchas veces maximizada por medios de comunicación o por la afición.
A fin de cuentas lo que me planteo es lo siguiente: ¿qué importancia tienen los eventos aislados en la contratación de un profesional? Seamos sinceros, una volea o un pase de tacón, por muy espectaculares que sean, son sólo eso, jugadas espectaculares que levantan al espectador de su asiento. Pero ¿cómo evaluamos las demás competencias? ¿es la exhibición de juego y maestría lo más importante para la selección de “personal” en fútbol?
GUARDIOLA: LÁGRIMAS DE TALENTO
Siempre me ha parecido muy bonito ver cómo alguien llora de felicidad, ver lágrimas derramándose por cumplir un sueño. Las emociones, por definición son incontrolables, y quizás en ello reside su magia.
– No hace falta ser un coach de “renombre” para llevar las riendas de un gran equipo; en ocasiones, haber vivido en esa misma casa y haberse impregnado del color blaugrana puede hacer más que ser muy conocido y haber entrenado a muchos equipos de prestigio (el reclutamiento interno funciona).
– Liderazgo y motivación: por encima de todo, Pep defiende a sus jugadores; incluso cuando juegan mal, valora su actitud y su entrega. Poca o ninguna vez habremos oído hablar mal de algún jugador en concreto, ni siquiera de jugadores de equipos contrarios. Tiene también una enorme capacidad de motivar a sus jugadores (ya sea a través de frases, vídeos, música). Logra en cada partido que sus jugadores tengan una motivación intrínseca para la victoria.
– Apuesta por la formación y jóvenes valores. Guardiola es un artesano, un orfebre que escoge diamantes en bruto para, poco ir puliéndolos, darles forma y hacer de ellos auténticas obras de arte con el balón. Gran parte de los éxitos del equipo se deben al buen hacer de jugadores formados en la cantera.
– Innovación y espíritu de grupo: como buen líder, ha sabido establecer una magnífica cohesión grupal. Los jugadores se sienten parte de un todo, que es más que la suma de las partes, y nos sonará raro que algún día una de las estrellas del Barça se queje por no jugar. Pep tiene una política de rotaciones muy clara, y puede resultar arriesgado en ocasiones, pero los resultados le avalan.
– Humildad, discreción, tensión: Guardiola respeta a todos los equipos; sabe que en muchos momentos las formaciones más débiles pueden resultar las más peligrosas en el terreno de juego, y no alardea de que su equipo vaya a meter una goleada. Pep nunca se confía y vive cada partido como una final, aunque sean unos dieciseisavos de final de la Copa del Rey y vaya ganando por 4 a 0. Imprime desde el banquillo la tensión necesaria para superar las dificultades; nunca lo veremos ausente, despistado o demasiado seguro de sí mismo o de sus pupilos.
Éstas y muchas más son aptitudes de un líder que ha confiado en si mismo, que en el pasado tuvo momentos duros, pero que está viendo como su metodología ha funcionado como una máquina bien engrasada. El motor ha funcionado, el combustible ha sido el adecuado, y lo importante es que si alguna vez falla, el equipo tiene a un magnífico mecánico que no tardará demasiado en diagnosticar posibles averías.
“Si ganamos, seremos eternos”, dijo ayer Pep a sus jugadores. Cierto, pero más eternos son los valores que han quedado plasmados para los futuros jugadores: trabajo bien hecho, actitud, formación y sobre todo, sentimiento de equipo. Tan importante es la culata de un motor como una bujía que nos permite el encendido. Pep, felicidades: las piezas han funcionado.
Oliver Serrano León
Foto: Telecinco
CRISTIANO RONALDO: FRACASO DE LA GESTIÓN DEL FRACASO
Viendo hace poco el resumen del Real Madrid-Almería del sábado pasado, una imagen llamó mi atención: Ronaldo tira un penalti, falla pero acierta Benzemá al rechace y el deportista se echa las manos a la cabeza como si hubiera marcado un gol en propia puerta. Al menos resulta curioso que un jugador no celebre y más bien lamente un gol de su propio equipo.
No cabe duda de que Cristiano Ronaldo es un excelente jugador de fútbol, y que en muchas de los partidos puede ser un arma desestabilizadora y decisiva para el resultado, pero ¿qué ocurre cuando la pelota no entra?
Recuerdo una clase de los cursos de doctorado, que trataba sobre psicología del deporte, donde el profesor nos hablaba del famoso penalti fallado por Raúl en la Eurocopa del 2000. El envío fue excesivamente colocado y pasó por encima de larguero, perdiendo asi una posibilidad de oro para ganar el partido que se disputaba. Pedro, el profesor, nos llamaba la atención cómo a causa de la excesiva ansiedad del jugador la ejecución del disparo a la pelota no había sido eficaz, a pesar de la categoría de Raúl.
Con Ronaldo ayer pasó un poco de lo mismo. Casi dos meses sin jugar y sin poder marcar un gol en el Barça-Madrid, las ganas de que la pelota golpeara la red eran infinitas. Tras fallar una oportunidad clara en la primera parte, el penalti era una opción muy clara para meter un gol al Almería, pero la ansiedad aturdía la cabeza del jugador, y al intentar engañar al portero con una pequeña paradinha, el guardameta no tuvo problemas en parar la pelota, aunque segundos más tarde el balón estaba ya dentro de la portería.
Más tarde, Cristiano Ronaldo tuvo la oportunidad de superar al portero del equipo contrario, y lleno de rabia se quitó la camiseta para celebrar el gol, con la consiguiente tarjeta amarilla por esa acción. Unos minutos después, sería expulsado del terreno de juego por repeler la agresión previa de un jugador del Almería.
Lo que más me ha llamado la atención de lo que ocurrió el sábado, es cómo un jugador, que a pesar de su juventud tiene una dilatada experiencia en el fútbol profesional, cometió para mi opinión dos graves errores con respecto a su equipo:
– Quitarse la camiseta al marcar su gol. Por un lado es cierto que la reacción ante el error de la pena máxima fue inmediata y pudo meter el balón entre los tres palos, pero las reglas del juego indican claramente que deshacerse de la camiseta es motivo de sanción con tarjeta amarilla. ¿Pensó el jugador en su equipo en esta ocasión?
Hay un concepto que no puede escaparse a estas reflexiones: la tolerancia a la frustración. Podríamos resumir el constructo como la “capacidad de evaluar y levantarse ante un fracaso”, aunque la definición pueda ser incompleta. En este caso, una baja tolerancia puede haber provocado una excesiva ansiedad en el jugador en las últimas jornadas de la liga porque “necesita” el gol.
Pero si estamos hablando de profesionales del deporte rey ¿tienen todas la competencias necesarias los jugadores de élite? ¿qué pasa cuando no entra el balón? ¿es consciente de verdad el jugador que es parte de un equipo? En el caso del futbolista portugués podría parecer que es una competencia poco trabajada (veremos qué ocurre el resto de la liga). Aunque al final cuenten los puntos y los goles, ¿en qué medida se pueden trabajar estas aptitudes en los profesionales?
¿Ha fracasado Cristiano Ronaldo en su gestión del fracaso?
Oliver Serrano León
REAL MADRID Y EL "PROYECTO CANTERA", EN BUSCA DEL "COMPETIDOR"
Madrid, Calle Padre Damián, Puerta 55 del Estadio Santiago Bernabeu, 12:00
(para más información del “Proyecto Cantera” ver www.capitalhumano.es, nº230 Marzo 2009)
Foto: copyright www.corazonblanco.com
REAL MADRID: ¿CAMBIAR TODO PARA QUE NADA CAMBIE?
Cito aquí este texto porque creo que se puede aplicar perfectamente al modelo que sigue en nuevo presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Por supuesto que hay cambios con respecto a su predecesor, Ramón Calderón, pero por las noticias que nos llegan diariamente de los medios de comunicación, Pérez va a seguir la misma estrategia que en su anterior mandato, del 2000 al 2006.
No cabe duda que el actual presidente del equipo merengue es un gran empresario, no hace falta que nos explayemos demasiado citando sus virtudes, pero sí resumiremos en unas pocas líneas las bases de su gestión anterior:
Pérez fue capaz de triplicar los ingresos por marketing, debido a la buena gestión de la marca Real Madrid, su conquista del mercado asiático y la llegada de los jugadores “galácticos”. Precisamente una de los principales axiomas de la gestión de Florentino era fichar a los mejores jugadores del mundo (no sólo mejores jugadores, sino los más mediáticos, como por ejemplo Ronaldo o Beckham). Por otro lado, fue capaz de hacer desaparecer la deuda histórica del equipo (unos 50.000 millones de las antiguas pesetas) gracias a la permuta de los terrenos en donde se situaba la Ciudad Deportiva.
Básicamente, la filosofía del actual presidente eran sanear la economía del club, generar más ingresos que gastos (como toda empresa que se precie), hacer conocer al Madrid en el mundo entero y ganar todos los títulos posibles.
Nada más llegar a la presidencia, Florentino ha vuelto a calentar las rotativas de la prensa y los debates con los fichajes de Kaká y Cristiano Ronaldo; en total ha gastado unos 150 millones de euros. No vamos a polemizar sobre la conveniencia de la suma de dinero invertida en estas estrellas, sino en si se puede compatibilizar un modelo de gestión económico como éste con el modelo de gestión deportiva del equipo.
¿Asegura la llegada de dos estrellas el éxito deportivo del equipo? En matemáticas, 2+2 son 4, pero en el deporte, y más aún en el mundo del fútbol, la suma de buenos jugadores no tiene porqué llevar necesariamente al éxito. Recordemos que uno de los motivos de la dimisión de Florentino Pérez en febrero del 2006 fue no haber ganado ningún título en los tres años anteriores.
Hay varios factores, independientemente de la inversión millonaria en jugadores, que pueden ayudar al éxito del equipo (hablaremos de dos):
La estabilidad: el Real Madrid ha tenido en los últimos veinte años a 23 entrenadores diferentes; ¿Y si esto ocurriera en el mundo de la empresa? ¿Tendría éxito una empresa si cada año cambiara su director? Por desgracia en el deporte mandan los resultados a corto plazo, pero tantos cambios en tan poco tiempo no ayudan demasiado. El club necesita de un periodo en el que los directivos otorguen confianza a jugadores y equipo técnico.
La promoción interna: todos conocemos sus ventajas e inconvenientes en el mundo de la empresa, pero ¿qué pasa en el fútbol? El Real Madrid necesita cambiar la política de gestión de la cantera, ya que, como hemos visto en otros equipos, conlleva algunas ventajas muy claras: jugadores muy baratos, formados en las filas del club y que sienten los colores.
¿Caerá el presidente en los mismos errores que en el pasado? No lo podemos saber, el tiempo y los acontecimientos nos lo harán saber. Florentino deberá examinar qué pasó antes de que dimitiera para lograr una mejor gestión del equipo; El Real Madrid genera beneficios económicos, ¿pero logrará títulos?
Oliver Serrano León