Liderazgo Guardiola

Esta pasada semana, tras una larga jornada de trabajo con final en el sur de la isla de Tenerife y aprovechando las buenas condiciones climátologicas existentes, me acerqué a la Playa de Las Vistas en Los Cristianos, para libro en mano, disfrutar de los últimos rayos del día junto con los capítulos finales del libro “Liderazgo Guardiola”.

Esta obra, ha sido escrita a dúo por Juan Carlos Cubeiro (presidente de Eurotalent y profesor de  al Universidad de Deusto, San Pablo-CEU y ESADE, considerado como uno de los mayores expertos en talento, liderazgo y coaching de nuestro país, y que podemos sseguir diariamente en su blog ) y  por Leonor Gallardo (doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, docente de la Universidad de Castilla-La Mancha y directora del máster de Gestión del Deporte de la Real Federación Española de Fútbol, co-autora junto con Cubeiro de La Roja. El triunfo de un equipo)

Conociendo que estaba preparada su publicación para mediados del mes de marzo, y siendo conocedor del hecho de que la residencia en una isla alejada de la península tiene muchas ventajas pero se paga para estas cosas, insistí tanto a una librería de la ciudad, que tuve la oportunidad de tenerlo en mis manos, sólo un día después que mis compañeros de Madrid y Barcelona.

Se trata de  un libro que me apetecía mucho devorar ya que había estado leyendo estos meses atrás todos los artículos que habían llegado a mis manos sobre el liderazgo de Guardiola,  y pensé, que sería una gran oportunidad para conocer el análisis de dos expertos en estos temas.
(según los últimos datos la editorial Planeta ya prepara nuevas ediciones del libro)

Para los que nos encanta este deporte y admiramos la figura de Pep, el texto es totalmente adictivo, seas aficionado al equipo que sea.La obra comienza con magnífico prólogo de la televisiva periodista Susanna Griso, que introduce de manera magistral la evolución de la personalidad de Guardiola, a través de las diferentes entrevistas que han tenido.

El contenido del texto se divide en dos grandes bloques:

         La parte I: “Las siete claves para ser un equipo admirado”
         La parte II: “El arte de crear valor” El primer capítulo de este bloque, “Trucos de ganador”, contiene un decálogo de “Guardiola como representante de un equipo de alto rendimiento”,  ha sido mi favorito, muy recomendable y con muchas posibilidades para aplicar.

El libro finaliza con un gran epílogo de Gabriel Masfurroll, ex – viceprepresdente del F.C.Barcelona, que cierra la obra con un final de gran nivel, desgranando su pensamiento sobre el futuro de Pep.

En resumen, se trata de un libro muy recomendable, incluso ha sido la obra elegida por Aedipe Cataluña para regalar a sus afiliados. Está lleno de citas y frases que invitan a la reflexión (recomiendo tener lápiz en mano desde que lo abras por primera vez)

En mi opinión, lo mejor del libro:
         El estudio profundo de hemeroteca demostrado por los autores, describiendo a la perfección la formación de la personalidad del Guardiola que hoy conocemos y la creación de su “Pep team”, escogiendo magistralmente las mejores reflexiones de las ruedas de prensa de este magnífico líder.

A mejorar:
         Se podía haber profundizado más en algún capítulo de la obra en la explicación del liderazgo de Pep, a través de las principales teorías del liderazgo ( aunque pudiera haber caído en la pura teoría y perder un poco de la agilidad que presenta el texto, hubiera sido una gran aportación)

Una última reflexión egoísta, hagamos un análisis a lo Guardiola de la derrota del miércoles: al final será positiva porque nos va a permitir tenerlo más tiempo en activo y seguir aprendiendo de su forma de liderar. Una repetición de los éxitos del año pasado  posiblemente hubiera llevado a su pronta retirada para la búsqueda de nuevos objetivos personales y profesionales.

Sergio Martín Corzo

REAL MADRID, CANALES Y GUTI: VOLEAS CERCANAS, TACONES LEJANOS

No se puede negar que el mundo del deporte, y en particular el fútbol, practica unas expectativas de resultados sumamente cortoplacistas. No vale que se les asegure que con un proyecto concreto ganarán algunos títulos en unos cuantos años; han de ser ganados mañana mismo. Una racha de unos cuantos partidos seguidos con derrota como resultado provocan la inefable “crisis”, muchas veces maximizada por medios de comunicación o por la afición.

La explosión del fútbol como deporte de masas ha generado a su vez un aumento considerable de los ingresos económicos, tanto directos como indirectos: recaudación en taquilla, derechos de retransmisión para TV, derechos de imagen de ciertos jugadores, etc. El balompié, como diría Prats, se vive con auténtica pasión y la necesidad de resultados a corto plazo está justificada en parte por los ingresos que pueden suponer para un club en concreto (el dinero que se pierde, por ejemplo, si un equipo se queda fuera de la Champions en octavos de final).

De acuerdo. No podemos detenernos a examinar un club de fútbol como su fuera una empresa cualquiera. Tiene un funcionamiento y unos intereses muy concretos, y depende sobremanera de los resultados para sobrevivir. Pero ¿y si pensamos en los recursos humanos de esa empresa? ¿Y más concretamente en el capital humano que salta al césped cada domingo? Son ellos, los jugadores, los máximos representantes del equipo de cara al aficionado.

Las diferencias con cualquier otra empresa en los procesos de selección de los trabajadores (defensas, centrales, delanteros, etc) son abismales, aunque comparten la posibilidad de que el reclutamiento sea interno (ascensión al primer equipo desde categorías inferiores del club) o externo, con fichajes de deportistas que provienen de otros equipos. ¿Cómo se hace la selección? El ojeador, sin duda, es una de las figuras más importantes en este asunto. Aunque no siempre se trata de la misma persona en todos los clubes, sí que suelen estar sobradamente preparados y tener la experiencia necesaria para poder examinar al detalle las cualidades de un futbolista y proponerlo para la incorporación al equipo (en muchas ocasiones son antiguos jugadores con carné de entrenador).

Un futbolista puede interesar a un club por diversos motivos: cualidades físicas y técnicas, capacidad de posicionamiento en el campo, adaptación al terreno y a las circunstancias de juego, trayectoria profesional, etc…Si nos damos cuenta, serían competencias que serían fácilmente asimilables a cualquier proceso de selección, una vez cambiados ciertos sustantivos y modificado el contexto deportivo.

A este respecto me han llamado la atención dos asuntos ocurridos en las últimas semanas, y que comparten un mismo club: el Real Madrid. Una noche de domingo veía los resúmenes de los partidos sentado en el sofá de casa y veía con asombro como un muchacho cuasiadolescente marcaba dos goles increíbles con el Racing de Santander. Se trataba de Sergio Canales, un joven de 19 años con una trayectoria impecable y que llamó la atención de los medios con una volea y un regate al portero del equipo contrario fuera de lo común por su juventud. Actualmente ya está confirmado el fichaje por el equipo merengue, aunque probablemente siga como cedido un tiempo en el Racing.

El segundo hecho que me sorprendía gratamente era el espectacular taconazo de Guti a Benzemá en el ultimo partido disputado contra el Deportivo de La Coruña. Un detalle de clase espectacular que daba un gol, ilusión y numerosas portadas a un jugador que en los últimos tiempos estaba casi ya defenestrado por la afición. Al igual que en el caso de Canales, nadie duda de la trayectoria de Guti, aunque quizás su conducta fuera del campo le ha restado en ciertas ocasiones credibilidad y oportunidades en el terreno de juego.

Pero vamos a la parte común de los dos acontecimientos: se ha tratado en los dos casos de jugadas, aunque espectaculares, aisladas. Me resulta cuanto menos curioso que un evento concreto, como puede ser una volea en el caso de Sergio o un increíble pase de tacón de Guti, haga cambiar radicalmente los acontecimientos que vienen a continuación. Si sólo nos fijáramos en la prensa deportiva del día después del Depor-Madrid, Guti es el mejor jugador del mundo, es un astro, es Dios…cuando hasta hace poco nadie se acordaba de él. Con respecto a Canales mi pregunta es…¿qué hubiera pasado si en ese partido no hubiera marcado esos dos golazos? ¿Sabríamos quién es ese joven jugador del Santander?

A fin de cuentas lo que me planteo es lo siguiente: ¿qué importancia tienen los eventos aislados en la contratación de un profesional? Seamos sinceros, una volea o un pase de tacón, por muy espectaculares que sean, son sólo eso, jugadas espectaculares que levantan al espectador de su asiento. Pero ¿cómo evaluamos las demás competencias? ¿es la exhibición de juego y maestría lo más importante para la selección de “personal” en fútbol?

Oliver Serrano León

GUARDIOLA: LÁGRIMAS DE TALENTO

Siempre me ha parecido muy bonito ver cómo alguien llora de felicidad, ver lágrimas derramándose por cumplir un sueño. Las emociones, por definición son incontrolables, y quizás en ello reside su magia.

Ayer, para el mundo del fútbol, para los culés y para los aficionados al deporte en general tuvo lugar la finalización de una gesta histórica: un equipo de fútbol lograba seis títulos en un solo año, algo nunca visto hasta el momento. Nada más terminar el encuentro, Pep Guardiola rompía a llorar, descargando la tensión acumulada hasta el momento.

El joven entrenador, independientemente de los resultados, ha logrado demostrar una serie de cualidades que me gustaría resaltar:

No hace falta ser un coach de “renombre” para llevar las riendas de un gran equipo; en ocasiones, haber vivido en esa misma casa y haberse impregnado del color blaugrana puede hacer más que ser muy conocido y haber entrenado a muchos equipos de prestigio (el reclutamiento interno funciona).

Liderazgo y motivación: por encima de todo, Pep defiende a sus jugadores; incluso cuando juegan mal, valora su actitud y su entrega. Poca o ninguna vez habremos oído hablar mal de algún jugador en concreto, ni siquiera de jugadores de equipos contrarios. Tiene también una enorme capacidad de motivar a sus jugadores (ya sea a través de frases, vídeos, música). Logra en cada partido que sus jugadores tengan una motivación intrínseca para la victoria.

Apuesta por la formación y jóvenes valores. Guardiola es un artesano, un orfebre que escoge diamantes en bruto para, poco ir puliéndolos, darles forma y hacer de ellos auténticas obras de arte con el balón. Gran parte de los éxitos del equipo se deben al buen hacer de jugadores formados en la cantera.

Innovación y espíritu de grupo: como buen líder, ha sabido establecer una magnífica cohesión grupal. Los jugadores se sienten parte de un todo, que es más que la suma de las partes, y nos sonará raro que algún día una de las estrellas del Barça se queje por no jugar. Pep tiene una política de rotaciones muy clara, y puede resultar arriesgado en ocasiones, pero los resultados le avalan.

Humildad, discreción, tensión: Guardiola respeta a todos los equipos; sabe que en muchos momentos las formaciones más débiles pueden resultar las más peligrosas en el terreno de juego, y no alardea de que su equipo vaya a meter una goleada. Pep nunca se confía y vive cada partido como una final, aunque sean unos dieciseisavos de final de la Copa del Rey y vaya ganando por 4 a 0. Imprime desde el banquillo la tensión necesaria para superar las dificultades; nunca lo veremos ausente, despistado o demasiado seguro de sí mismo o de sus pupilos.

Éstas y muchas más son aptitudes de un líder que ha confiado en si mismo, que en el pasado tuvo momentos duros, pero que está viendo como su metodología ha funcionado como una máquina bien engrasada. El motor ha funcionado, el combustible ha sido el adecuado, y lo importante es que si alguna vez falla, el equipo tiene a un magnífico mecánico que no tardará demasiado en diagnosticar posibles averías.

“Si ganamos, seremos eternos”, dijo ayer Pep a sus jugadores. Cierto, pero más eternos son los valores que han quedado plasmados para los futuros jugadores: trabajo bien hecho, actitud, formación y sobre todo, sentimiento de equipo. Tan importante es la culata de un motor como una bujía que nos permite el encendido. Pep, felicidades: las piezas han funcionado.

Oliver Serrano León

Foto: Telecinco

CRISTIANO RONALDO: FRACASO DE LA GESTIÓN DEL FRACASO

Viendo hace poco el resumen del Real Madrid-Almería del sábado pasado, una imagen llamó mi atención: Ronaldo tira un penalti, falla pero acierta Benzemá al rechace y el deportista se echa las manos a la cabeza como si hubiera marcado un gol en propia puerta. Al menos resulta curioso que un jugador no celebre y más bien lamente un gol de su propio equipo.

No cabe duda de que Cristiano Ronaldo es un excelente jugador de fútbol, y que en muchas de los partidos puede ser un arma desestabilizadora y decisiva para el resultado, pero ¿qué ocurre cuando la pelota no entra?

Recuerdo una clase de los cursos de doctorado, que trataba sobre psicología del deporte, donde el profesor nos hablaba del famoso penalti fallado por Raúl en la Eurocopa del 2000. El envío fue excesivamente colocado y pasó por encima de larguero, perdiendo asi una posibilidad de oro para ganar el partido que se disputaba. Pedro, el profesor, nos llamaba la atención cómo a causa de la excesiva ansiedad del jugador la ejecución del disparo a la pelota no había sido eficaz, a pesar de la categoría de Raúl.

Con Ronaldo ayer pasó un poco de lo mismo. Casi dos meses sin jugar y sin poder marcar un gol en el Barça-Madrid, las ganas de que la pelota golpeara la red eran infinitas. Tras fallar una oportunidad clara en la primera parte, el penalti era una opción muy clara para meter un gol al Almería, pero la ansiedad aturdía la cabeza del jugador, y al intentar engañar al portero con una pequeña paradinha, el guardameta no tuvo problemas en parar la pelota, aunque segundos más tarde el balón estaba ya dentro de la portería.

Más tarde, Cristiano Ronaldo tuvo la oportunidad de superar al portero del equipo contrario, y lleno de rabia se quitó la camiseta para celebrar el gol, con la consiguiente tarjeta amarilla por esa acción. Unos minutos después, sería expulsado del terreno de juego por repeler la agresión previa de un jugador del Almería.

Lo que más me ha llamado la atención de lo que ocurrió el sábado, es cómo un jugador, que a pesar de su juventud tiene una dilatada experiencia en el fútbol profesional, cometió para mi opinión dos graves errores con respecto a su equipo:

– No celebrar el gol de su compañero. Cristiano se centró únicamente en el fracaso del penalti, se echó las manos a la cabeza y acudió con el resto de sus compañeros a felicitar a Benzemá. El fútbol es un deporte de equipo, y parece que en ese momento se centró más en su éxito individual que en el del grupo.
– Quitarse la camiseta al marcar su gol. Por un lado es cierto que la reacción ante el error de la pena máxima fue inmediata y pudo meter el balón entre los tres palos, pero las reglas del juego indican claramente que deshacerse de la camiseta es motivo de sanción con tarjeta amarilla. ¿Pensó el jugador en su equipo en esta ocasión?

Hay un concepto que no puede escaparse a estas reflexiones: la tolerancia a la frustración. Podríamos resumir el constructo como la “capacidad de evaluar y levantarse ante un fracaso”, aunque la definición pueda ser incompleta. En este caso, una baja tolerancia puede haber provocado una excesiva ansiedad en el jugador en las últimas jornadas de la liga porque “necesita” el gol.

Pero si estamos hablando de profesionales del deporte rey ¿tienen todas la competencias necesarias los jugadores de élite? ¿qué pasa cuando no entra el balón? ¿es consciente de verdad el jugador que es parte de un equipo? En el caso del futbolista portugués podría parecer que es una competencia poco trabajada (veremos qué ocurre el resto de la liga). Aunque al final cuenten los puntos y los goles, ¿en qué medida se pueden trabajar estas aptitudes en los profesionales?

¿Ha fracasado Cristiano Ronaldo en su gestión del fracaso?

Oliver Serrano León

REAL MADRID Y EL "PROYECTO CANTERA", EN BUSCA DEL "COMPETIDOR"

Madrid, Calle Padre Damián, Puerta 55 del Estadio Santiago Bernabeu, 12:00

A finales de Julio, al inicio de mis vacaciones, tuve la oportunidad de reunirme con dos grandes profesionales, José Mª García de Tomás, Dtor. de RRHH del Real Madrid, y con María Gil-Fournier, Responsable de la Selección de personal del club.

Mi gran interés era conocer de primera mano el “Proyecto Cantera” (un proyecto de la gestión del talento a largo plazo que aplica técnicas tradicionales de la gestión de personas al desarrollo de jugadores de las secciones inferiores), una de las iniciativas puesta en práctica desde la llegada de José María García al club y basada en la investigación dirigida por Carlos Monserrate, partner de Ray & Berndtson denominada el “ Perfil del Competidor”

Y es que, desde la llegada de José María a la dirección del personal de la entidad, se ha dado un giro de 180 grados introduciendo prácticas de la gestión de personas en todos los niveles. García de Tomás está impulsando iniciativas para poner en marcha coaching, perfiles de competencias, Feedback 360 grados,…

De cerca, José María se muestra como una persona muy segura de lo que hace, sabedor de cual es su papel en el club y de las limitaciones que presenta el hecho de que a pesar de manejarse grandes presupuestos, similares a las gigantes multinacionales, la profesionalización de los órganos tiene aún una corta historia de vida ( impulsada por la Ley 10/1990 del 15 de octubre, del deporte, que fue desarrollada en el RD 1251/1999, sobre Sociedades Anónimas)

Un hecho importante, tal y como manifiesta el propio dtor. de RRHH, para la puesta en práctica de iniciativas como el “Proyecto Cantera” es el tener “ buena sintonía con el director de las categorías inferiores. El papel de Javier Lozano (dos veces campeón del mundo como seleccionador de fútbol sala y autor de manuales de desarrollo de jugadores de 8 a 16 años para la FIFA) ha sido fundamental creyendo desde el principio en este tipo de metodologías extraídas del mundo de los RRHH”

El proyecto, según nos comenta, se inició con la investigación de Carlos Monserate llevada a cabo con la participación de deportistas y exdeportistas del Real Madrid, y su objetivo era extraer el perfil de competencias para la alta competición y diseñar la posterior herramienta de Feedback 360 grados que permitiera realizar una evaluación de los distintas categorías del club para su posterior utilización en el desarrollo del carácter de los futuros “competidores”.

Del resultado de la misma se obtuvo un cuestionario de 24 incidentes críticos que es cumplimentado por 3 tipos de actores, el propio jugador, los compañeros, y los adultos que trabajan en su desarrollo futuro.

El cuestionario divide las conductas en tres tipos variables: las que se consideran “imprescindibles” para poder decir que un jugador tiene potencial, las que se pueden desarrollar, y las relacionadas con factores de riesgo que puede hacer que el jugador se desvíe del objetivo.

Ante mi pregunta de poder poner en práctica en el primer equipo herramientas de este tipo, José María, psicólogo de profesión, apuesta por la importancia de los conocimientos aportados por su profesión para la gestión de equipos de fútbol, pero reconoce la libertad total que se le ha de dar al entrenador para su asunción. “Si pedimos a una persona que obtenga grandes resultados cada siete días no podemos imponerle cómo trabajar”. Esta reflexión me hizo pensar en una empresa en la que le pedimos a nuestro director comercial aumentar la cuenta de resultados cada semana, y encima le decimos como debería hacerlo.Impensable

Dos horas más tarde de esta interesante conversación, y con la mochila llena de nuevos conocimientos sobre cómo aplicar las técnicas de RRHH al mundo del deporte, me despedí de José María y de María Gil-Fournier, dejando a mi espalda la puerta 55 del Santiago Bernabeu.

Muchas gracias por tanto aprendizaje.

(para más información del “Proyecto Cantera” ver www.capitalhumano.es, nº230 Marzo 2009)

Sergio Martín Corzo

Foto: copyright www.corazonblanco.com

REAL MADRID: ¿CAMBIAR TODO PARA QUE NADA CAMBIE?

La famosa frase proviene de la paradoja expuesta en la novela El gatopardo, del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). Actualmente se usa en ciencias políticas para definir a las personas que hacen reformas o cambios con el objetivo de que al final la estructura del sistema siga exactamente igual.

Cito aquí este texto porque creo que se puede aplicar perfectamente al modelo que sigue en nuevo presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Por supuesto que hay cambios con respecto a su predecesor, Ramón Calderón, pero por las noticias que nos llegan diariamente de los medios de comunicación, Pérez va a seguir la misma estrategia que en su anterior mandato, del 2000 al 2006.

No cabe duda que el actual presidente del equipo merengue es un gran empresario, no hace falta que nos explayemos demasiado citando sus virtudes, pero sí resumiremos en unas pocas líneas las bases de su gestión anterior:

Pérez fue capaz de triplicar los ingresos por marketing, debido a la buena gestión de la marca Real Madrid, su conquista del mercado asiático y la llegada de los jugadores “galácticos”. Precisamente una de los principales axiomas de la gestión de Florentino era fichar a los mejores jugadores del mundo (no sólo mejores jugadores, sino los más mediáticos, como por ejemplo Ronaldo o Beckham). Por otro lado, fue capaz de hacer desaparecer la deuda histórica del equipo (unos 50.000 millones de las antiguas pesetas) gracias a la permuta de los terrenos en donde se situaba la Ciudad Deportiva.

Básicamente, la filosofía del actual presidente eran sanear la economía del club, generar más ingresos que gastos (como toda empresa que se precie), hacer conocer al Madrid en el mundo entero y ganar todos los títulos posibles.

Nada más llegar a la presidencia, Florentino ha vuelto a calentar las rotativas de la prensa y los debates con los fichajes de Kaká y Cristiano Ronaldo; en total ha gastado unos 150 millones de euros. No vamos a polemizar sobre la conveniencia de la suma de dinero invertida en estas estrellas, sino en si se puede compatibilizar un modelo de gestión económico como éste con el modelo de gestión deportiva del equipo.

¿Asegura la llegada de dos estrellas el éxito deportivo del equipo? En matemáticas, 2+2 son 4, pero en el deporte, y más aún en el mundo del fútbol, la suma de buenos jugadores no tiene porqué llevar necesariamente al éxito. Recordemos que uno de los motivos de la dimisión de Florentino Pérez en febrero del 2006 fue no haber ganado ningún título en los tres años anteriores.

Hay varios factores, independientemente de la inversión millonaria en jugadores, que pueden ayudar al éxito del equipo (hablaremos de dos):

La estabilidad: el Real Madrid ha tenido en los últimos veinte años a 23 entrenadores diferentes; ¿Y si esto ocurriera en el mundo de la empresa? ¿Tendría éxito una empresa si cada año cambiara su director? Por desgracia en el deporte mandan los resultados a corto plazo, pero tantos cambios en tan poco tiempo no ayudan demasiado. El club necesita de un periodo en el que los directivos otorguen confianza a jugadores y equipo técnico.
La promoción interna: todos conocemos sus ventajas e inconvenientes en el mundo de la empresa, pero ¿qué pasa en el fútbol? El Real Madrid necesita cambiar la política de gestión de la cantera, ya que, como hemos visto en otros equipos, conlleva algunas ventajas muy claras: jugadores muy baratos, formados en las filas del club y que sienten los colores.

¿Caerá el presidente en los mismos errores que en el pasado? No lo podemos saber, el tiempo y los acontecimientos nos lo harán saber. Florentino deberá examinar qué pasó antes de que dimitiera para lograr una mejor gestión del equipo; El Real Madrid genera beneficios económicos, ¿pero logrará títulos?

Oliver Serrano León