Dentro de los dos últimos subsistemas cada año hay a disposición de los desempleados y trabajadores una ingente cantidad de cursos con el objetivo de una mejor cualificación e inserción laboral; en el caso de los desempleados se ha hecho a través del Plan FIP (Formación e Inserción Profesional), y en caso de los ocupados a través de los planes sectoriales e intersectoriales anuales.
A partir del Real Decreto 395/2007, se fusionan los dos últimos subsistemas, pasando a denominarse subsistema para la formación para el empleo. No voy a entrar en detalles aquí para no extenderme, pero en definitiva ésto supone la unificación de la formación para desempleados y ocupados (hasta ahora, como ya comenté más arriba, tenían planes de formación diferentes).
La primera ventaja que veo es que a partir de este momento cualquier persona, ya esté en situación de desempleo u ocupado pueda hacer el mismo tipo de formación. En segundo lugar, tal y como viene reflejado en el decreto, se potencia la formación a distancia y la teleformación, con el fin de facilitar el acceso a las acciones formativas.En tercer lugar, como una de las novedades más destacadas, aparecen los centros integrados de formación. Estos centros están dirigidos a impartir una formación integral, es decir, que puedan incluir en sus programas tanto formación reglada (ciclos formativos), como no reglada u ocupacional.
En resumen, estamos ante una nueva etapa en donde desaparece la antigua competencia existente entre formación para desempleados y ocupados. La pregunta es la siguiente: ¿realmente se está adaptando la formación al mercado de trabajo? ¿Faltan o sobran profesionales en nuestro mercado?
O.S.L.