FORMACIÓN Y CONSTRUCCIÓN

En el año que acaba de finalizar hemos asistido a la destrucción de cientos de miles de empleos que, directa o indirectamente, estaban relacionados con el sector de la construcción. Hasta ahora, ha sido bastante habitual el que una gran parte de los trabajadores de esta rama (sobre todo los operarios) fueran contratados sin ningún tipo de cualificación específica, sino adquiriendo los conocimientos y competencias necesarias, en el propio entorno de trabajo a lo largo de los años.
Personalmente, llevo trabajando más de siete años en un servicio de orientación donde se atienden a todo tipo de usuarios en situación de desempleo. Desde que empezó el 2008 hemos notado un aumento descomunal de usuarios pertenecientes al sector de la construcción; lo curioso es que, hasta ahora, las pocas personas que veíamos pertenecientes a esa rama eran bastante reticentes a formarse o a conocer las vías de búsqueda de empleo, ya que, como ellos mismos nos comentaban, estaban acostumbrados a buscar trabajo por su cuenta y siempre había alguna obra donde emplearse.
Con el aumento de desempleados en este último año hemos notado un mayor interés y una mayor demanda de los desempleados de la construcción por formarse o conocer alguna bolsa de empleo, dada la situación crítica en la que se encuentran. ¿Le están viendo las orejas al lobo? Simplemente, creo que son conscientes de que ya no es tan fácil conseguir trabajo, y que si quieren seguir activos en el mercado laboral tienen que reciclarse o recualificarse (por ejemplo, formarse como operadores de grúa torre, con certificación del Ministerio de Industria).
En la actualidad vale la pena echarle un vistazo a algunas opciones que nos ofrecen las instituciones:
El Ministerio de Educación ha creado una web que surge del deseo de fomentar los acuerdos de colaboración con organizaciones empresariales y otras instituciones para, entre otros objetivos, la orientación profesional y la participación de profesionales cualificados del sistema productivo en el sistema formativo. Por ello, la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) y el Ministerio de Educación y Ciencia han suscrito convenios específicos de colaboración para desarrollar diversas actuaciones a lo largo de los últimos años. En la página a la que hacemos referencia hay información muy interesante sobre las diferentes profesiones del sector de la construcción, orientación profesional, etc…
Es la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) la que ejecuta estos convenios, puesto que la CNC dispone de este organismo paritario cuyos fines son el fomento de la formación profesional, la mejora de la seguridad y la salud en el trabajo, así como la profesionalización y dignificación del empleo en el sector.
La FLC, fundación privada sin ánimo de lucro, ofrece tanto para los trabajadores ocupados como desocupados, así como a los empresarios el sector, información y formación que puede resultar de mucha utilidad para una mejor empleabilidad y productividad de las empresas. En general, los objetivos de la Fundación, son el fomento de la formación profesional, la mejora de la seguridad y la salud en el trabajo, así como la profesionalización y dignificación del empleo en el sector de la Construcción.
Una de las mayores novedades en el sector es la aparición de la Tarjeta Profesional de la Construcción, gestionada por la FLC y por entidades colaboradoras, de la cual hablaremos en un próximo post.
¿Servirá la crisis para dar un giro en la formación en la construcción?

O.S.L.
Foto: google

EL VALOR AÑADIDO DE LA FORMACIÓN COMPLEMENTARIA

El valor añadido, aparte de ser uno de los impuestos más conocidos (IVA), se define como el “incremento del valor de un producto durante las sucesivas etapas de su producción o distribución” (RAE).Si tomamos como ese producto a los profesionales que buscan un hueco en una empresa, obtenemos que el valor añadido que puede resultar más interesante, independientemente de las cualidades, valores, competencias, etc…que busca la empresa, puede ser la formación complementaria.

En nuestro país es muy frecuente separar en el Curriculum Vitae la formación académica (que habitualmente se refiere a la formación reglada) y la formación complementaria (cursos de especialización, seminarios, jornadas, etc…). La cuestión es que, como ya comentábamos el otro día, sobre todo en el ámbito universitario, el mercado de trabajo no puede absorber a los recién titulados que egresan de las facultades.

A lo largo del año veo decenas de curriculums de titulados universitarios con estas características, y lo primero que suelo aconsejar a estas personas es que elijan una formación complementaria que les separe algo de sus compañeros de promoción ¿Por qué? Muy fácil: porque si logramos diferenciarnos en algo, hemos logrado un valor añadido. Hace ya mucho tiempo que la carrera no lo es todo, y la empresa pide jóvenes titulados, pero con algo más que el título bajo el brazo.

Lo mismo ocurre con los idiomas; esas decenas de curriculums a los que me refería antes suelen venir incluidos con un apartado de “Idiomas”, donde suele decir “Inglés: nivel medio”. El problema surge cuando, en muchas de las ocasiones, ese nivel de inglés no es medio, sino inexistente o muy elemental. Tres cuartos de lo mismo ocurre con los conocimientos en informática. Si la información que suele aparecer en los curriculums fuese del todo cierta, el 99% de los titulados sabrían usar el paquete office con soltura y diseñar páginas web. Un buen conocimiento de uno o dos idiomas y un buen dominio de las herramientas informáticas adecuadas significarían un buen valor añadido para ese curriculum que llega a la puerta de las empresas.

Pero ojo, diferenciarnos del conjunto de titulados no tiene por qué significar hacer 40 cursos y 3 masteres (lo que se suele llamar cursitis o titulitis); más bien, se trata de ser un poco observadores y saber qué es lo que pide el mercado, qué conocimientos se valoran en la actualidad y qué competencias son las que busca la empresa. De nada nos sirve hacer cursos standard o que hacen la mayoría de nuestros compañeros de carrera, porque, en todo caso, seguiríamos siendo un clon de todos los demás titulados.

En resumen, si queremos que se nos distinga más fácilmente, en definitiva, si deseamos tener un valor añadido en nuestro curriculum, un buena elección de la formación complementaria puede ser de mucha utilidad.

O.S.L.

LA ANTICIPACIÓN DEL LÍDER (II)

Tras nuestra primera reunión decidimos almorzar por el centro de Barcelona, realizando una ruta característica, alrededor de Santa María del Mar, probando la maravilla de montaditos ofertada por las tascas cercanas.

Al anochecer, cumplimos otro de los rituales a realizar en todo viaje a la ciudad condal, la visita al teatro. En esta ocasión elegimos “Tres monólogos de Risa”, en el Teatreneu de la calle Perol 26. Protagonizado por el actor Eduardo David, está integrado por dos cuentos de Roberto Fontanarrosa -célebre humorista y guionista de Les Luthiers-, y uno del propio Eduardo David, todos ellos sátiras sobre algunos de los más habituales tópicos que se manifiestan respecto del machismo en diversas facetas.

De los tres monólogos me quedo con Era yo un niño precoz: Donde un hombre cuenta cómo era su vida sexual a los 10 años, enamorado de “Susanita” describiendo especialmente su forma de jugar a los médicos sin saber cómo hacerlo. El broche final a su actuación llega con un hermoso poema de Rafael Benítez Carrasco, “El Perro Cojo”.
Este espectáculo, según las críticas ha resultado un sensacional éxito de público además de recibir una elogiosa aprobación por parte del periodismo especializado. Su protagonista, Eduardo David fue el ganador del concurso de El club de la comedia realizado en Canarias en 2002.

Bajo mi opinión se trata de un espectáculo divertido aunque sobre temas y tópicos algo trillados.

A la mañana siguiente, a las 11.30 visita a la nave industrial de la empresa de mi amigo, un complejo en actual transformación y modernización pero con una sorprendente organización del trabajo y de la logística. Tuve la gran fortuna en mi visita de poder asistir a una reunión comercial informal para la aceptación de una promoción de un diario de tirada nacional, todo un lujo.

El tour por la empresa me permitió visitar todos los departamentos y conocer a personas muy interesantes e implicadas con su trabajo. Me sorprendió mucho la seriedad y concentración de todos en sus funciones.

Tras mi presentación al director general pudimos compartir un rato en un rápido almuerzo de empresa. En ese corto espacio de tiempo, pude observar que se trata de una persona de impacto, con un alto poder de comunicación, que denota una seguridad en sus afirmaciones y convencimiento que había apreciado en pocas personas. Se trata de un líder, bajo mi punto de vista, muy comercial, capaz de movilizarte y ponerte en acción con cuantos argumentos necesites, una persona que transmite confianza y calidez. A pesar de su puesto de responsabilidad, se trata de una persona muy cercana y muy convencida de su proyecto. Siempre me había sorprendido, sin conocerlo, su agudeza para la elección de las personas adecuadas para cada proyecto que siempre me iba comentado mi amigo, pero en este almuerzo pude ratificar el porqué de sus aciertos. Sin duda forman un equipo letal, se trata de esos jugadores que siempre quieres que jueguen en tu equipo porque sabes que guiados por ellos al final ganarás el partido.

Esa misma tarde compartí de nuevo con mi amigo en la empresa, durante una hora y media, otro ratito de reunión. Dicha reunión comenzó con otra muestra de esas habilidades de esencialización y visión de la realidad que suelen tener los líderes: “A ver, me pasa lo mismo que al protagonista de los monólogos de ayer, estoy enamorado de Susanita, pero como en esto de los recursos humanos soy un niño, no se qué hacerle ni por dónde empezar a jugar a los médicos”. Me pareció increíble el resumen que realizó sobre lo que le sucedía a su empresa y la capacidad para relacionar eventos.

A continuación, tratamos mi visión actual de la empresa y los pasos a seguir en el futuro para la puesta en marcha de un moderno departamento de recursos humanos. Conversamos sobre la “piedra filosofal”: el análisis del puesto de trabajo y de los perfiles existentes en la organización. Nos introdujimos en el maravilloso mundo de la gestión por competencias y todo lo que nos puede aportar la elección de un enfoque como éste para la evaluación del desempeño y del potencial, para la selección de personal, y sobre todo para el análisis de la formación necesaria en la empresa. Todo un placer de conversación.

A la mañana siguiente, me despedí de la ciudad y del amigo que tanto han aportado a mi vida, con la sensación de tristeza por la marcha, pero con la alegría de haber aprendido tanto, y haber puesto una de las maderas en las que pisará este líder para poder cruzar el río, y llegar al otro extremo dónde le espera el éxito seguro, de lo cual estoy convencido.

S.M.C.

¿NOS ENGAÑARON CON LA FORMACION UNIVERSITARIA?

Nací en el año 1977, en plena transición hacia la democracia española. En aquellos años, mucha gente había emigrado a otros países en plena expansión industrial (por ejemplo, Alemania), con el fin de obtener un mejor trabajo, y por ende, la mayoría de las veces una mejor remuneración. Por otro lado, algunos de nuestros padres habían logrado acceder a estudios universitarios que les iban a otorgar un buen status socioeconómico.

Estas personas, nacidas en los años 40, 50 y 60, nos inculcaron cuando éramos pequeños lo importante que era estudiar una carrera para tener un buen futuro, ya que sin formación no íbamos a llegar a ninguna parte. Muchos de ellos trabajaron el doble y se endeudaron con el fin de poder pagarnos la matrícula de la Universidad. Nosotros, los que acabamos la carrera en los años 90, ya percibíamos de alguna manera que una carrera quizás no era suficiente, así que tirábamos un poco más del bolsillo de los progenitores o de nuestros ahorros para pagarnos un buen master.

En resumen, éramos jóvenes y supuestamente altamente cualificados. Teníamos la idea de que con ese master accederíamos al mercado de trabajo con menor dificultad y podríamos conseguir un puesto de trabajo acorde con nuestra formación y nuestras expectativas. Pero al comenzar a buscar trabajo, muchos veíamos una de las mayores dificultades: todos aquellos que habíamos decidido estudiar una carrera no cabíamos en ese mercado de trabajo; los abogados empezaban a trabajar de administrativos en gestorías, los diplomados en turismo de botones o recepcionistas en cualquier hotel, los psicólogos de educadores o auxiliares de pisos tutelados, los físicos, biólogos o químicos dando clases particulares en domicilios, etc…

Todo esto me recuerda a lo que ha pasado en el sector de la construcción: mucha oferta de pisos para poca gente que quiere comprar. ¿Hay crisis también en la formación?

No creo que sea eso, más bien una inadecuación del producto que llega al mercado. Un ejemplo claro lo tenemos en el sector de la hostelería; muchos dueños de hoteles de cierta categoría, prefieren contratar para la recepción a una persona con una formación discreta y con buena presencia, pero que domine varios idiomas, a una persona con un Diplomatura en Turismo, un master en gestión de cadenas hoteleras pero que hable chapuceramente el inglés. (En Canarias, región donde una gran parte de los ingresos provienen del turismo, la Diplomatura de Turismo es una de las titulaciones universitarias con más paro: ver OBECAN ).

Por otro lado, nuestros padres no conocían en aquella época los conceptos de aptitudes, actitudes, saber hacer, saber ser….que hoy en día tienen vital importancia en los procesos de selección de personal. En la actualidad se tienen en cuenta otros muchos factores independientemente de la carrera que hayamos estudiado: el que tengamos una carrera terminada no significa que sepamos cómo ejecutar las tareas, dominio de habilidades sociales o que poseamos la imagen que nos pide la empresa. El problema es que este tipo de habilidades y competencias, por lo general, no se enseñan en la universidad.

En último lugar, desde hace bastante tiempo hemos asistido a una separación radical del mundo de la empresa y la Universidad: muchas titulaciones están desfasadas, las prácticas son escasas y en general, lo que nos encontramos en el mercado dista mucho de lo aprendido en la carrera, obligándonos a aprender muchas cosas por nuestra cuenta o a través de la formación ocupacional.

En resumen, tenemos por delante el objetivo de superar una crisis, pero no sólo la económica, sino una crisis del sistema universitario que ha provocado que cientos de miles de jóvenes titulados no encuentren su sitio en el mercado. Los objetivos son claros: evitar la masificación de titulados y conseguir una mayor adecuación de las competencias de éstos con respecto a las demandas de los empresarios.

¿Será posible?

O.S.L.

p.d. Leer más sobre este asunto aquí y aquí

EL NUEVO SUBSISTEMA DE FORMACION PARA EL EMPLEO

En los años que llevo trabajando como orientador laboral, siempre me ha llamado la atención la cantidad de dinero que se invierte cada año en formación ocupacional no reglada. Hasta ahora, la formación profesional en España se ha dividido en tres subsistemas: la formación profesional reglada (competencia del Ministerio de Educación), la formación profesional no reglada u ocupacional (competencia del Ministerio de Trabajo) y en último lugar la formación continua o para trabajadores (competencia de la Fundación Tripartita).

Dentro de los dos últimos subsistemas cada año hay a disposición de los desempleados y trabajadores una ingente cantidad de cursos con el objetivo de una mejor cualificación e inserción laboral; en el caso de los desempleados se ha hecho a través del Plan FIP (Formación e Inserción Profesional), y en caso de los ocupados a través de los planes sectoriales e intersectoriales anuales.

A partir del Real Decreto 395/2007, se fusionan los dos últimos subsistemas, pasando a denominarse subsistema para la formación para el empleo. No voy a entrar en detalles aquí para no extenderme, pero en definitiva ésto supone la unificación de la formación para desempleados y ocupados (hasta ahora, como ya comenté más arriba, tenían planes de formación diferentes).

La primera ventaja que veo es que a partir de este momento cualquier persona, ya esté en situación de desempleo u ocupado pueda hacer el mismo tipo de formación. En segundo lugar, tal y como viene reflejado en el decreto, se potencia la formación a distancia y la teleformación, con el fin de facilitar el acceso a las acciones formativas.En tercer lugar, como una de las novedades más destacadas, aparecen los centros integrados de formación. Estos centros están dirigidos a impartir una formación integral, es decir, que puedan incluir en sus programas tanto formación reglada (ciclos formativos), como no reglada u ocupacional.

En resumen, estamos ante una nueva etapa en donde desaparece la antigua competencia existente entre formación para desempleados y ocupados. La pregunta es la siguiente: ¿realmente se está adaptando la formación al mercado de trabajo? ¿Faltan o sobran profesionales en nuestro mercado?

O.S.L.