Habitualmente en los servicios OPEA (prometimos hace tiempo un monográfico sobre este recurso, llegará en breve…), independientemente de la atención individualizada que se presta al usuario para orientación laboral, también se hacen talleres grupales.
Uno de estos talleres es el llamado BAE-G (grupos de búsqueda activa de empleo), donde en unos pocos días se intentan resumir las herramientas y recursos para una mejor empleabilidad de las personas en situación de desempleo.
Los manuales aportados de los que disponemos son bastante anticuados, y por norma general, los técnicos en orientación intentamos innovar y dinamizar los talleres con dos objetivos principalmente: optimizar el tiempo del que disponemos y motivar a las personas hacia la búsqueda activa, procurando que una vez terminen el taller los recursos hayan quedado lo suficientemente claros.
En mi caso siempre tiendo a complementar la información “en papel” con el uso del ordenador. La semana pasada, aprovechando que me correspondía impartir un BAE-G el taller en un aula de informática, creí oportuno encender los ordenadores y que los usuarios aprendieran a buscar plazas libres en un curso, inscribirse en bolsas de empleo, obtener información de recursos para autoempleo, etc. Lógicamente, les pregunté primero si sabían usar Internet, a lo cual me respondieron afirmativamente.
La sorpresa llegó cuando se sentaron delante de las pantallas. Les sugerí que entraran en la web del servicio de empleo para que comprobaran los cursos de desempleados con plazas libres y que se fueran familiarizando con la aplicación. La mayoría de las personas tenían dificultades a la hora de insertar una dirección en la barra de direcciones, confundían la barra de google con ésta última, y aunque algún “avispado” usaba el buscador en vez de poner la página web, no atinaba para poder entrar en la misma.
También tenían dificultades para hacer clic en algunos enlaces, volver a la página anterior y acciones típicas y habituales cuando buscamos información en Internet.
En un momento dado, les pregunté ¿pero ustedes no sabían desenvolverse en Internet? Lo más curioso fue la respuesta de una chica joven: “bueno yo sé usar el Messenger y el Tuenti, pero más allá de eso no mucho”. Enseguida me di cuenta que pasaba algo similar a lo que ocurre con los idiomas en el currículo. La mayoría de las personas ponen “inglés: nivel medio”, pero a la hora de la verdad los conocimientos suelen ser muy básicos.
Nos hartamos de hablar y debatir sobre la web 2.0, la era de las redes sociales y profesionales, el uso de Internet a nivel privado y en la Administración Pública, el acceso inmediato a la información…pero a la hora de la verdad, todavía son muchas las personas que carecen de los conocimientos básicos para acceder a la red. Lo malo de toda esta situación es que estamos creando una generación de analfabetos potenciales 2.0. , que saben muy bien subir y etiquetar fotos en Facebook y en Tuenti pero pueden tener muchas dificultades a la hora de acceder a información relevante en lo que respecta a la búsqueda de empleo.
Aunque en muchos de los cursos del antiguo Plan FIP (actualmente Formación para el Empleo) se incluyen módulos específicos de alfabetización informática, creo necesario que se haga un mayor esfuerzo en este sentido. Deberíamos intentar ofrecer las mismas oportunidades a las personas a la hora de acceder a la información, porque, de otra manera, las desigualdades ya existentes se van a incrementar de manera alarmante.
Oliver Serrano León.
Viñeta: Forges