ENTREVISTA DE TRABAJO: SOMBRA AQUÍ, SOMBRA ALLÁ, MAQUÍLLATE

Mecano ha sido uno de los grupos musicales más exitosos en España y otras partes del mundo en la década de los 80 y 90. Era indudable la calidad creadora de los hermanos Cano junto con la inconfundible voz de Ana Torroja. Uno de sus primeros éxitos fue el tema “Maquillaje”, y me gustaría recordar aquí parte de la letra de esa canción:

“No me mires, no me mires, no me, no me, no me mires 
no me mires, no me mires déjalo ya 
que hoy no me he peinado a la moda 
y tengo una imagen demasiado normal 
para que te pueda gustar”
Indudablemente, el maquillaje es un complemento imprescindible hoy en día para la imagen personal, tanto en el día a día como en contextos artísticos. Podemos usar maquillaje neutro, con el cual destacamos los rasgos que nos interesan y más nos favorecen, o podemos hacer uso de un maquillaje caracterizador si nos dedicamos a la telelevisión, teatro o cine.
Cuando oía la canción de Mecano me recordaba a la cantidad de veces que trabajé con los usuarios del servicio de orientación la preparación de la entrevista de trabajo. Una de las cosas que más me llamaban la atención de algunos de ellos era la poca capacidad para valorarse a sí mismos y conocer sus cualidades. Sin embargo, les resultaba relativamente fácil encontrar numerosos defectos, tanto en cuestiones de personalidad como estrictamente laborales.
Durante los años que impartí talleres de entrevista e hice atención individual, uno de los aspectos que más resaltaba era un uso correcto del maquillaje. No me refiero, obviamente, al maquillaje cosmético, sino a la capacidad de saber vender lo mejor de nosotros mismos y a la vez saber matizar o corregir aquellos elementos que menos nos podían favorecer de cara a mejorar la empleabilidad y los resultados en la entrevista.
Estamos acostumbrados a vestirnos y arreglarnos de manera diferente según en qué ocasión nos encontremos. No suele ser habitual ponernos la misma ropa para bajar a comprar el pan que para ir a una boda elegante, por muy coquetos que seamos. Ya sea por normas de protocolo, por coquetería o porque simplemente nos gusta arreglarnos, hay situaciones en las que procuramos dar la mejor imagen posible: un buen corte de pelo, un vestido apropiado, complementos a juego, y sin duda, un buen maquillaje.
Entonces, si tenemos estos aspectos tan claros en la parte “corporal”, ¿por qué no lo aplicamos a la parte personal? Tenemos una cultura que castiga a las personas que se venden: nos han enseñado a ser discretos, a poner la otra mejilla y a no hablar demasiado de nosotros mismos, no vaya a ser que parezcamos arrogantes y egocéntricos. Pero no se trata de eso. Las grandes corporaciones y empresas estudian muy bien el plan de marketing aplicado a sus productos: cuidan la imagen, invierten en grandes estudios de publicidad, y en resumen, intentan ofrecer lo mejor para obtener un valor añadido con respecto a la competencia, lograr las ventas esperadas y ganar en prestigio social. ¿Por qué no hacerlo nosotros?
Mentir, tapar, esconder…no es demasiado recordable en la entrevista, pero sí que nos podemos maquillar. Sólo necesitamos un espejo delante, pero no para ver qué tal nos sienta ese nuevo peinado, sino para saber quiénes somos. Maquillarnos en la entrevista significa dar lo mejor que tenemos, mostrar aquellas cualidades que nos identifican y que nos hacen diferenciarnos de los demás, y en definitiva, poder mostrar nuestra mejor faceta ante el entrevistador.
El maquillaje no nos hace ser otras personas. Somos los mismos, pero mejorados. Seguramente muchos han visto comparaciones de personajes famosos sin y con maquillaje. Cuando los observamos sin cosméticos, nos parecen sosos, apagados y  a veces hasta feos. Sin embargo en las entregas de premios, sobre la alfombra roja, lucen sus mejores galas y están espléndidos.
¿Por qué no pensar que la entrevista es una alfombra roja para los que buscamos empleo? Pongámonos nuestras mejores galas y ofrezcamos lo mejor de nosotros mismos; si tenemos alguna arruga, el maquillaje la podrá disimular.
Acabo con otra estrofa de la canción y un vídeo de Mecano
“Mira ahora, mira ahora, mira, mira, mira ahora 
mira ahora, mira ahora puedes mirar 
que ya me he puesto el maquillaje 
y si ves mi imagen te vas alucinar 
y me vas a querer a besar” 


 Oliver Serrano León

EMPLEO: SOLO NO PUEDES. CON AMIGOS SÍ

Fui de pequeño uno de los afortunados en poder disfrutar de La Bola de Cristal, aquel programa contemporáneo a la movida de los 80 y del que tantos buenos recuerdos tengo. El otro día me encontraba con un vídeo o sketch del programa que se titulaba “sólo no puedes, con amigos sí”, donde se observa a un muchacho que pretende jugar el solo al fútbol. La moraleja del vídeo es clara: para jugar al balompié, mejor con unos cuantos amigos.

Sin embargo, en muchas ocasiones creemos que hay ciertas actividades que debemos hacer solos, porque creemos que es nuestra responsabilidad. Uno de esos casos es la búsqueda de empleo. Nos encanta ir de cañas, juntarnos para hablar, hacemos barbacoas y quedamos con los amigos para que los niños jueguen juntos, pero con respecto al tema del trabajo, aunque comuniquemos a los demás que estamos en paro, no solemos usar el trabajo en equipo. Quizás somos un poco raros: por nuestros valores y educación estamos acostumbrados a ayudar a los demás, pero nos cuesta pedir ayuda a nosotros.
Incluso hay veces, aunque no la mayoría, en que ciertas personas que han perdido su trabajo son incapaces de contárselo a su propia familia, y aparentan ir a trabajar todas las mañanas porque no saben cómo comunicar esa pérdida a sus allegados. En todo caso, aquí hablamos de comunicación: hay gente que comunica su pérdida de empleo y búsqueda de uno nuevo, y gente que no es capaz ni siquiera de ello.
Pero quizás el concepto de comunicación se nos queda algo corto: hablemos de interacción. Las redes sociales y profesionales nos permiten interaccionar entre nosotros en tiempo real, y pueden darnos posibilidades interesantes en el contexto de la búsqueda de empleo.
Uno de los conceptos de los que más se habla últimamente con respecto a la búsqueda de empleo es el networking. Networking por aquí, networking por allá…no sólo encontramos ese palabro en asuntos relacionados con el trabajo, sino que viene a ser al mismo tiempo una de las más importantes causas y consecuencias de la filosofía 2.0
Con respecto al trabajo en red, significado literal del concepto anglosajón, algunos expertos y bloggers no dudan en mostrar su interés en el uso del networking para la búsqueda de empleo (pueden ver ejemplos en el blog de @seniormanager, el blog de @JoseLdelCampo o el blog de  @Yoriento), y sin embargo otros dudan de su verdadera eficacia (por ejemplo, en el blog de @David_Monreal).
Los que defienden el uso del networking hablan de la posibilidad de establecer contactos con profesionales similares a nosotros, o simplemente con personas que nos pueden aportar “algo”en nuestra vida profesional; sin embargo otras personas no ven las redes sociales y profesionales como verdaderas fuentes de reclutamiento. Una de las discusiones y debates más frecuentes es si se usan las redes como un fin en sí mismo o como un medio para llegar a otro fin. Sin embargo creo que el problema no es ese: debemos encontrar la escala de grises.
¿Escala de grises? Sí, busquemos un punto intermedio. En una sociedad donde tendemos a polarizarlo todo o a fabricar constantes dicotomías (bueno-malo, rojo-facha, normal-friki, etc), sería conveniente que examináramos la amplia de colores intermedios que van desde el blanco al negro, y más si hablamos de cuestiones como las redes en Internet. ¿Twitter es bueno? ¿Facebook es una tontería? Pues creo que sería como preguntarnos si la tele es mala o buena, o si los helados de chocolate son perjudiciales o no: si ves la tele 13 horas al día y te comes 8 helados diarios, probablemente son malo, malísimos, pero no si haces un uso adecuado de ello.
No se trata de que para buscar trabajo tengamos que poner un anuncio en la fachada de un gran edificio de la Gran Vía madrileña; simplemente podemos darle el uso adecuado a estas herramientas en la web 2.0. Hay personas que lo usan para promocionar su empresa, otras porque quieren conocer amigos, algunas para ganar concursos o dinero y otras con motivos profesionales. Pero hay algo en común en casi todos ellos: se interacciona, se lanzan mensajes y respuestas, se publican posts, se hacen retuiteos y los más importantes, se hacen numerosas desvirtualizaciones (recomiendo leer en este punto el último post de Fátima Martínez López)
Démosle el uso conveniente que creamos a las redes. Seguramente no conseguiremos trabajo a causa de ellas mañana, pero tampoco lo lograremos mañana mismo por mandar un CV por mail o inscribirnos en una web de empleo. Hagamos una búsqueda de empleo activa, pero también interactiva.
En resumen, y modificando un poco la frase que daba título al post, en el empleo solo no puedes, con networking quizás sea un poco más fácil.
Oliver Serrano León.

ORIENTACIÓN LABORAL PARA POBRES

La pérdida de empleo es uno de los problemas que mas preocupan a los españoles en la actualidad. Las cifras asustan cada vez más y disminuye el número de personas de población activa que tienen trabajo, y por ende, el número de desempleados inscritos en las oficinas de empleo no hace más que crecer.

Los esfuerzos por estudiar los recursos humanos en las empresas y la situación grave de desempleo han hecho que los últimos años la blogosfera se haya enriquecido de numerosos blogs hablando sobre estos temas: podemos encontrarnos páginas especializadas en gestión de personas, productividad, orientación profesional, etc…

Es justo citar aquí la Bloguía de Empleo, un proyecto liderado por Pedro Rojas (@seniormanager) y escrito por él y muchos blogeros especializados en el terreno de la orientación, marketing personal, etc…que se ha publicado hoy mismo (aquí está el documento de forma gratuita) y es un gran ejemplo de cómo la colaboración en red existe y da sus frutos. Se trata de una guía muy completa que proporciona herramientas útiles al desempleado u ocupado que esté buscando empleo, y desde este blog hay que agradecer el esfuerzo que han hecho muchos compañeros para compartir sus conocimientos.

Pero, independientemente de que en Internet podamos encontrar múltiples ejemplos de curriculum, instrucciones para usar el networking, coaching aplicado a la búsqueda de empleo, recomendaciones para mejorar la imagen, etc…he notado que en casi todos los ejemplos, la información que se presta es para un período de búsqueda de empleo a medio-largo plazo. ¿Por qué afirmo esto?

Nos encontramos en los diferentes blogs (y no nos excluimos nosotros) referencias hacia el cambio, la reflexión, la motivación, acercarse a la verdadera vocación profesional, huir del miedo, hacer un buen trabajo de contactos profesionales e infinidad de “consejos” o recomendaciones que faciliten la empleabilidad. Es lógico pensar que este tipo de textos son útiles para la persona desempleada, pero me gustaría que nos centráramos hoy en un determinado perfil: la persona que busca empleo porque lo necesita YA, la búsqueda de empleo a corto o a muy corto plazo

Olvidémonos por un momento de esos ejemplos maravillosos que salen en muchas revistas: “Me di cuenta que cometía un error en mi vida, ganaba mucho dinero pero trabajaba 18 horas al día….”. Probablemente (y no tiene por qué ser así en todos los casos), muchas de estas personas abandonan su proyecto vital para dar un giro de 180º porque de alguna manera, se lo pueden permitir económicamente y disponen de algún tiempo para tomar una decisión (que conste que no tengo nada contra estas personas, pero me siguen pareciendo modelos de revista en muchas ocasiones). Pero decía que intentáramos olvidarnos de estos ejemplos.

Pensemos en esa persona que llevaba una vida tranquila, sin demasiados agobios, le gustaba moderadamente su trabajo, y en un lapso corto de tiempo se queda prácticamente sin nada: la empresa donde trabaja quiebra, le debe nóminas y se encuentra a la espera de una resolución judicial. Los ahorros que tiene le dan para unos cuantos meses, pero los días pasan y el proceso no llega a su fin. O imaginemos a esa otra persona que, por circunstancias de la vida, no tiene un empleo demasiado cualificado, gana poco pero “le llega” para mantener a su familia, y por circunstancias del mercado laboral se queda sin su empleo.

Decirle a estos desempleados cosas como “es el momento de dar un giro a tu vida, debes encontrar dónde está tu talento, analiza qué has hecho hasta ahora…etc”, puede estar muy bien, pero no les ayuda a pagar la hipoteca. Uno de los profesores que tenía en el curso de orientación laboral decía que era el tipo de usuarios “bonobús”, en la medida en que muchas veces a él le daban ganas de sacárselo del bolsillo y dárselo porque no tenían ni para el transporte público.

Vale, ya sabemos que este tipo de persona no es la ideal para escribir un post sobre búsqueda de empleo: no es el usuario ideal, apenas le queda dinero y los días pasan en el calendario acrecentando su malestar y sus deudas. ¿Pero es esa una razón para no hacer nada? Desde luego que no. Algo sí que podemos hacer.

Estoy de acuerdo con Alfonso Alcántara que el trabajo de un buen orientador no es “aconsejar”, sino que la persona sea capaz de descubrir qué recursos y qué opciones le pueden ayudar, pero de cualquier manera voy a atreverme con algunos puntos que considero de interés:

  1. Quéjate para hacer catarsis, pero no te pelees con el mundo. Tu situación es muy probablemente injusta, pero estar frustrado por la situación no te va a ayudar demasiado.
  2. Tómate un minuto para plantear cuáles son las prioridades ¿te puedes permitir unas semanas pseudosabáticas para proyectar objetivos? ¿o, por otro lado, te hacen falta ingresos ahora mismo?
  3. Si la situación es urgente, hay ciertos sectores que, por muy mal que esté el mercado laboral, dan más facilidades que otros para encontrar un empleo, como por ejemplo la hostelería. No es momento éste de pensar en retomar vocaciones pasadas o emprender un proyecto innovador. No pienses en el sueldo, piensa en seguir integrado en el mercado, siempre y cuando ese sueldo cubra los gastos básicos. Hay recursos que pueden ayudar a conseguir algo a corto plazo, como ETT (aunque están muy saturadas de solicitudes) o empresas de promociones, reposiciones en hipermercados. Cuanto peor sea el horario de trabajo y mejor tu disponibilidad, más fácil será.
  4. Por otro lado, no te cortes en pedir ayuda. Uno de los males mayores de nuestra cultura es que, por un lado hay que ayudar a los demás y poner la otra mejilla, pero a la hora de pedir un favor nos cuesta una barbaridad, por aquello del que dirán…: Haz lo contrario y olvídate por un momento de ti ego u orgullo: que todo el mundo sepa tu situación.
  5. ¿No tenías Internet hasta ahora, o solo lo usabas para descargar pelis (perdón, copias se seguridad de los originales)? Plantéate entrar en la red como una buena inversión de tiempo y dinero. Aunque España es de los países en donde es más cara la red, merece la pena. Ya no se trata de que te apuntes a cientos de páginas de empleo y te hartes de rellenar perfiles profesionales; intenta hacer algo de contacto con antiguos amigos o profesionales mediante las redes sociales. En Internet encontrarás información muy útil de cómo hacerlo. Si no tienes ordenador o te resulta muy cara la conexión, verás que más cerca que donde crees hay conexión gratuita que puedes aprovechar (asociaciones de vecinos, ayuntamientos, centros culturales, etc…)
  6. Paralelamente, no tardes en pedir información de posibles ayudas económicas a las instituciones para paliar en algo la situación, pero recuerda; son ayudas y no van a estar ahí siempre. Siempre es mejor estar trabajando y tener nómina a fin de mes.
  7. En relación a los dos últimos puntos, aprovecha todos los servicios gratuitos que te ofrezcan en tu lugar de residencia: servicios de orientación e inserción laboral, mediadores de empleo.

No es mi pretensión establecer unas pautas determinadas para la búsqueda a corto plazo, ni mucho menos. Sólo quiero poner sobre el papel que estas personas existen, y seguro que a tí también se te ocurren algunas ideas ¿cuáles son?

Oliver Serrano León

¿FORMACIÓN COMPLEMENTARIA O FORMACIÓN OCIOSA?

Ya hace tiempo hablamos en el blog de la importancia y del valor añadido de la formación complementaria. Aunque puede ser muy discutibles en la actualidad las ganancias que obtenemos con los cursos complementarios a nuestra titulación básica ( ver artículo de Jose Luis del Campo Villares), no nos cabe duda de que una formación bien elegida puede facilitarnos una mejor empleabilidad.

Una de las ofertas formativas más amplias y de carácter gratuito es la del sistema de Formación para el Empleo, que implica cursos prioritariamente para desempleados y por otro lado dirigidos prioritariamente a ocupados (recordemos que en la actualidad todos los colectivos pueden acceder a cualquier curso, ya que aunque un plan de formación sea eminentemente para ocupados, los desempleados tienen acceso y viceversa).

Con respecto a este tema me he encontrado con una situación bastante prototípica:

Muchos demandantes de empleo se preguntan ¿Sirven de algo los cursos del paro? Sin duda, es la pregunta “estrella” en los servicios de empleo y orientación, y la respuesta ha de ser clara: depende para qué y cómo. Me refiero a que los cursos de los servicios de empleo, al igual que otras acciones formativas que existen en el mercado deben ser tomados en consideración según la situación de cada demandante. Pondré dos ejemplos diferentes para describir las situaciones que nos podemos encontrar.

a) Técnico en Electromecánica de Vehículos (antiguo FPI de Automoción), con el título obtenido en 1999 y que por diversas razones apenas ha podido desarrollar su profesión en ese ámbito (el usuario detecta que debe reciclarse porque se ha quedado desfasado en algunos conocimientos sobre la materia). Ahora tiene un período largo de prestaciones por desempleo y desea hacer un curso de Mecánico de Automoción y Equipos de Inyección, con una duración de 700 horas, con posibilidad de prácticas en empresa.

¿Le “serviría” el curso a esta persona?

b) Técnica Superior en Agencias de Viajes, con título obtenido en el año 2004. Su única experiencia laboral relacionada con el sector ha sido el desarrollo de unas prácticas laborales dentro del ciclo formativo. Ahora está interesada en hacer un curso de Dietética y Nutrición (700 horas) o de Maquilladora (450 horas), porque le atraen ambas profesiones y se ha “desencantado” del trabajo de agente de viajes (entre otras razones porque tampoco lo ha desarrollado demasiado).

¿Le “servirían” estos cursos a esta persona?

En ambos casos tenemos a personas motivadas por formarse, pero las motivaciones son completamente diferentes: un demandante desea formarse para reciclarse o aumentar su formación dentro de un sector concreto, y a otra que desea cambiar radicalmente de sector.

Si tuviera que orientar a estas personas, le diría a la primera que la formación que se plantea puede ayudarle a reinsertarse en el campo laboral deseado, actualizando conocimientos y poniéndose al día. Sin embargo, con la segunda persona tendría más dudas: el cambio de sector es notable, pero la formación a la que aspira podría quedarse corta (450 y 700 horas estarían compitiendo con ciclos o diplomaturas de 2000 horas o más).

Con estos ejemplos he querido mostrar uno de los mayores problemas de la formación complementaria: la confusión con la formación de “ocio”. La gran mayoría de nosotros tenemos nuestro trabajo para el cual nos hemos formado, o al menos, tenemos unas competencias adecuadas para desarrollarlo, pero tanbién tenemos hobbies, aficiones, etc…que ocupan una buena parte de nuestra vida (aunque con el ritmo que llevamos cada vez menos seguramente). En el segundo caso ¿crees que la persona está haciendo una formación “ociosa”?

Estoy de acuerdo con Jose Luis del Campo en que la formación sí ocupa lugar, y también tiempo invertido y en algunas ocasiones dinero, lo que me lleva a la siguiente reflexión: ¿Invertimos correctamente nuestro en formación complementaria? O por el contrario ¿desperdiciamos muchas horas en formación ociosa? ¿Qué hubieras aconsejado a estas personas?

Oliver Serrano León.

YO NO NECESITO ORIENTACIÓN

En los servicios de orientación y asesoramiento para la búsqueda de empleo y mejora de la empleabilidad podemos encontrarnos perfiles muy dispares de personas en situación de desempleo. Da igual como llamemos a estos servicios (OPEA, tutores de empleo, asesores, etc…) pero el hecho es que a diario escuchamos y observamos situaciones personales, muy diferentes de otras, pero con un nexo común, que es necesidad, en la mayoría de las ocasiones (y más aún en los tiempos que corren) de conseguir un empleo.

Tendríamos que escribir muchas líneas para poder describir todos los tipos de usuarios de estos centros o gabinetes, pero eso no es el asunto que me ocupa hoy. Quisiera centrarme en esa persona que entra por la puerta con una cita, y lo primero que nos dice es: “Yo no necesito orientación”. En un primer momento podría parecer que se trata de un trabajo más “fácil” para el orientador, ya que supuestamente el interlocutor nos está dejando que lo tiene todo claro. Pero la realidad no suele ser así.

Aunque en mi caso y en el de la mayoría de los compañeros que conozco, la mayoría de los usuarios que acuden a este tipo de servicios lo hacen con una actitud abierta y bastante receptiva ante la información que le podamos proporcionar, cada cierto tiempo aparecen personas con actitudes algo cerradas y que afirman que ya saben lo que tienen que saber.

Considero totalmente respetable esta postura (no tanto ciertas actitudes); muchas personas pueden tener muy claro lo qué quieren y cómo lo quieren, pero en la mayoría de las ocasiones he observado cómo suele ocurrir todo lo contrario: personas que afirman saber perfectamente cómo hacer su curriculum lo elaboran de forma desastrosa, los que saben qué quieren estudiar confunden cursos de desempleados con ciclos formativos y los que creen saberlo todo sobre las prestaciones desconocen la posibilidad de compatibilizarlas con el trabajo a tiempo parcial, sólo por poner algunos ejemplos.

A posteriori, cuando logramos “vender” el servicio de orientación (nunca es suficiente el marketing que tenemos que hacer), suelen relajarse y cambiar de actitud, agradeciendo la información que les hayamos podido mostrar.

Pero, independientemente de este perfil de desempleados, también es cierto que me he encontrado con gente que verdaderamente está muy puesta al día, conocen perfectamente los recursos y tienen buenas estrategias para mejorar sus puntos débiles o adquirir nuevos conocimientos que la faciliten la inserción laboral. En estos casos intentamos aportar o aclarar alguna información o recurso, pero no es demasiado necesaria nuestra intervención.

Recordemos algunas acepciones del verbo “orientar” según la RAE: Informar a alguien de lo que ignora y desea saber, del estado de un asunto o negocio, para que sepa mantenerse en él o dirigir o encaminar a alguien o algo hacia un lugar o fin determinado. Parece lógico que los orientadores profesionales deberíamos estar haciendo algo parecido a esto: encaminar a las personas al fin último, el empleo, a través de los cauces adecuados. ¿Pero hasta qué punto todas las personas necesitan orientación?.

Hace muy poquito Yoriento nos planteaba en su blog, refiriéndose a su próxima ponencia en el EBE 09, la aparición en las redes profesionales y sociales de muchos gurús de los recursos humanos, que dicen saber mucho cuando en realidad saben poco de nada. Los libros de autoayuda se han convertido en un filón para algunos autores y nos encontramos inmersos en una cultura preventiva en donde todo es mejorable y aunque hoy estemos sanos mañana estaremos enfermos, y creo que en el área de RRHH y similares en ocasiones ocurre algo similar.
Estamos empeñados en mejorar el acceso a la información, la productividad, competencias que nos ayuden en nuestro desarrollo profesional, estrategias de mejora de dinámicas de trabajo, miles de artículos se publican todos los días en revistas y blogs especializados….¿pero realmente todos necesitamos un orientador o un coacher? ¿No estamos, de alguna manera, psicologizándolo o coachizándolo todo?

Oliver Serrano León

REFORMA LABORAL: ¿ERRE QUE ERRE O ERE QUE ERE?

En los dos últimos años el aumento del desempleo ha sido espectacular en los países afectados por la crisis económica. La caída del ladrillo, junto con las pérdidas o quiebras de algunas empresas han llevado a las listas del paro a millones de personas. No cabe duda de que nuestro país, al ser tan dependiente del sector de la edificación y promoción inmobiliaria., ha sufrido más que nadie la pérdida de puestos de trabajo.

Desde hace ya varios meses, digamos casi desde el inicio de la crisis, son muchos los estamentos e instituciones que vienen reclamando una reforma laboral para promover un mayor dinamismo del mercado de trabajo en España.

Por otro lado, Gobierno y los sindicatos mayoritarios han dejado muy claro que no están dispuestos a plantear una reforma laboral, poniendo encima de la mesa como principal argumento que “los empresarios lo que quieren es abaratar el despido”, “no estamos dispuestos a recortar derechos sociales”.

Bien. Analicemos ahora dónde nos encontramos. En este enlace podemos encontrar los diferentes tipos de contrato de trabajo existentes en la legislación vigente en materia laboral. La cantidad ingente de tipos de contrato ha provocado en los últimos años un laberinto burocrático y administrativo que no ayuda demasiado a facilitar las contrataciones por parte de los empresarios. Podemos perdernos entre contratos indefinidos, temporales, a tiempo parcial, bonificados…y un largo etcétera.

Ese es sólo uno de los problemas, y quizás sólo sea la punta del iceberg. El otro día Juan Carrión publicaba en su blog un interesante post acerca de las visiones cerradas que suelen tener los diferentes grupos políticos y sus simpatizantes. En este caso, ocurre lo mismo; por un lado, los sindicatos y el Gobierno (que parece a veces que son lo mismo desde hace años) y por otro lado la Patronal tienen posturas totalmente contrapuestas.

Lo que llama la atención es que hay una mayoría bastante considerable que pide a gritos una reforma laboral (por poner algunos ejemplos: la CEOE, el Banco de España, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y exministros del PSOE), pero, al menos en España, no se contempla de momento ninguna reforma. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha dicho sobre la reforma laboral que “se abordará cuando se solucionen los problemas en la liquidez, la competitividad, el modelo productivo y el sistema financiero”. ¿Qué significa esto? ¿Hay que hacer la reforma pero no es el momento idóneo? ¿No será que para mejorar la competitividad hay que hacer alguna reforma, y no al revés?.

Llama la atención como no se hace caso a los “técnicos” en la materia, aunque es cierto que no debemos dejar de reconocer que estas mismas personas fallaron estrepitosamente en las predicciones económicas años atrás (en cualquier caso, las predicciones son sólo predicciones). En general vemos como en política no se hace caso a los especialistas en la materia, sino que se siguen criterios ideológicos (si soy del PSOE debo proteger a los trabajadores por encima de todas las cosas).

No creo que convertirnos en una tecnocracia sea la solución a nuestros problemas, pero si no ¿ para qué queremos que la gente se forme y para qué queremos consultores de prestigio (recordemos el ejemplo de Pedro Solbes) si luego no vamos a tener en cuenta su criterio técnico.?

Desde luego, nos encontramos ante una posición inmovilista; tu propones y yo rechazo y viceversa. Un erre que erre por ambas partes, que como consecuencia puede traer un futuro lleno de Eres.

Oliver Serrano León

¿POR QUÉ SE RECHAZAN LAS OFERTAS DE EMPLEO?

Ayer Yoriento twitteaba esta noticia: El Servicio Canario de Empleo «ve con asombro cómo un importante número de parados rechaza un empleo». Resulta que esta institución ha elaborado un convenio con los Cabildos Insulares para formar y contratar a desempleados procedentes del sector de la construcción; la formación sería de 6 meses, con el objetivo de recualificarlos y una vez terminada esta etapa trabajarían el mismo período de tiempo para adquirir práctica laboral (como vemos, un proyecto muy similar a un taller de empleo, de los que hablamos hace poco).

La sorpresa para el SCE llega cuando comienza el proceso de selección; un gran número de desempleados ha rechazado la oferta, bien alegando motivos médicos o simplemente por no interesarle la misma. Según informa el periódico digital donde se publica la noticia la Institución comenzará a investigar estos hechos por si pudieran constituir fraude de ley (para ser claros, estar trabajando a la vez que se percibe la prestación o subsidio por desempleo).

Lo curioso de la noticia es que en ningún momento el comunicado de prensa del SCE informa sobre las condiciones económicas del proyecto, es decir, si los desempleados cobrarían alguna remuneración durante el período formativo, qué cantidad sería y que modalidad de contrato tendrían en los 6 meses de actividad laboral.

Ayer mismo debatía con Senior Manager en su blog acerca de los estereotipos que tenemos acerca de los desempleados y de los empresarios (las personas en paro siempre han tenido fama de vagos, y los empresarios de explotadores y gente sin escrúpulos). Hoy, en nuestro blog, me gustaría centrarme precisamente en los estereotipos de las personas desempleadas.

Lo primero que nos daría a pensar la noticia publicada ayer en todos los medios canarios es que las personas en paro son una pandilla de vagos que no quieren trabajar y prefieren seguir cobrando las prestaciones hasta que “salga algo”. Pero analicemos la situación con algo más de profundidad:

En primer lugar, y como decía antes, no sabemos las condiciones del proyecto: desconocemos el tipo de formación de recualificación y la remuneración de la que disfrutarían las personas que accedieran.

En la actualidad, muchos de los convenios que se firman con diversas instituciones por parte del SCE contienen trabajos a tiempo parcial (de cara a la galería se insertan el doble de desempleados, y eso queda muy bien en la sección de trabajo y economía de la prensa local). Conozco un caso que muy cercano en el cual se ha contratado a una técnico superior para trabajar como coordinadora de formación ocupacional, con dilatada experiencia y sobrada formación complementaria, durante 4 horas al día y lógicamente cobrando menos de lo que percibía por la prestación.

Muchas de las acciones que se llevan a cabo por el SCE son meros parches que no solucionan nada a largo plazo; si bien es cierto que hay que tomar medidas siguiendo un modelo de “cortoplacismo”, ya que hay personas con necesidades económicas acuciantes, no se están haciendo esfuerzos por cambiar el modelo de desarrollo de Canarias, que básicamente se sustenta en la actualidad por el sector terciario de la producción. En todo caso ésto no depende sólo del SCE, sino de las politicas económicas del Gobierno de Canarias.

¿Dónde quedan los desempleados en esta situación? ¿Es normal que tantas personas rechacen una oferta de empleo? ¿Aceptarías tú un trabajo temporal por un sueldo bastante inferior a lo que cobras de prestación? ¿Cuál es el sueldo mínimo por el que trabajarías?

Oliver Serrano León

ACLARANDO CONCEPTOS SOBRE EL PARO (VIII): ¿QUÉ OCURRE SI ENCUENTRO TRABAJO MIENTRAS COBRO EL PARO?

Queremos hoy hablar un poco de la situación que se produce cuando una persona que está cobrando el paro (ya sea prestación o subsidio) encuentra un trabajo. Habitualmente es una situación que genera un poco de ansiedad por el temor a “perder lo cotizado” o “perder el paro que me quedaba”.

En primer lugar nos gustaría aclarar que nunca se “pierde” ninguna cotización; otro asunto es si esos meses cotizados nos dan derecho o no a algún tipo de percepción económica de protección social. A continuación pasaremos a ver los diferentes tipos de situaciones que se pueden dar:

a)Encontramos trabajo a tiempo completo: en el caso de estar cobrando una prestación por desempleo, todo dependerá de la duración del contrato del trabajo que hemos encontrado; si el contrato es de duración inferior a un año, una vez finalizado éste podemos reanudar la prestación que nos había sido otorgada al inicio de la situación de desempleo.

Por otro lado, si la duración es superior al año, podemos ejercer el derecho de opción, esto es: reanudamos el paro que nos quedaba o bien renunciamos a él y pasamos a cobrar una nueva prestación que se ha generado con los meses cotizados en el nuevo puesto de de trabajo.

Tenemos que tener en cuenta que, en cualquier caso, si en el ejercicio de derecho de opción escogemos la prestación antigua, los meses cotizados por el nuevo contrato no computarán para una nueva prestación. Pongamos unos ejemplos:

-Juan tiene derecho a prestación por desempleo durante 8 meses, pero al 4 mes de cobrar el paro consigue un trabajo de 6 meses; en este caso la única opción es retomar los 4 meses restantes que le quedan de prestación.

-Ana tiene derecho a prestación por desempleo durante 18 meses, y al noveno mes consigue un trabajo que cuyo contrato va a durar 2 años. En este caso, Ana puede optar por cobrar la nueva prestación (2 años = 8 meses) o reanudar la antigua (9 meses).

No siempre es más factible elegir la prestación más larga, ya que el paro a cobrar dependerá de la base de cotización, y ésta puede ser sustancialmente diferente en un caso u otro.

En el caso de estar cobrando el subsidio por desempleo, la única opción es la reanudación del mismo, siempre y cuando el contrato o contratos que se hayan tenido no superen el año, ya que entonces deberíamos solicitar una nueva prestación por desempleo, al haber cotizado los días suficientes para ello. La única excepción se da en los mayores de 52 años, a los que se les permite compatibilizar el cobro del subsidio y el sueldo del trabajo, siempre y cuando el contrato sea superior a 3 meses.

b)Encontramos trabajo a tiempo parcial: si estamos cobrando una prestación por desempleo, la novedad es que se nos permite compatibilizar el paro con el sueldo de nuestro trabajo; lógicamente, la prestación se vería reducida en la misma proporción de la jornada de trabajo que realicemos (por ejemplo, si cobramos 900 euros de paro y trabajamos el 50% de la jornada, se reduciría el importe del paro a la mitad: 450 €).
En ningún caso se reduce la duración de la prestación, y al finalizar el contrato volveríamos a cobrar lo mismo que antes de iniciar el mismo. Al igual que en los casos de trabajo a tiempo completo, también tenemos la opción de interrumpir la prestación, reanudarla luego o solicitar una nueva, según el tiempo cotizado.

Los perceptores del subsidio por desempleo se encuentran en la misma situación que los de la prestación, con la excepción de que su sueldo nunca debe superar el 75% del SMI (468 €), ya que si no se superaría el límite de rentas, uno de los requisitos básicos a la hora de solicitar el subsidio.

El próximo día hablaremos de los autónomos y su situación con respecto al paro; con ello daremos por cerrada esta serie de artículos acerca del desempleo

Oliver Serrano León

LOS OPTIMISTAS ENCUENTAN TRABAJO ANTES!!!

Hace unos días recibía un mail de una amiga y profesional de la orientación laboral en el que me expresaba la importancia de los aspectos psicológicos en la búsqueda de empleo. Según me comentaba siempre había comprobado como estas variables influían en los usuarios que atendía y que, en su situación actual de desempleo ( uno de estos absurdos de los proyectos de los servicios públicos en los que los propios orientadores están desempleados durante 3 meses al año) ha experimentado en sí misma.
Según nos comentaba “cuando uno/a está desemplead/a se siente sin rumbo, con una gran sensación de vértigo, al no trabajar no hay un grupo de referencia en el que apoyarse, una rutina y una sensación de productividad y por ello necesita tener el día ocupado buscando sentido y utilidad a las horas que pasan. Esto hace que nos apuntemos a varios cursos para sentir que aprovechamos el tiempo, pero, al hacerlo solo se hace tedioso y a veces en lugar de disfrutar con ellos se llegan a convertir en un agobio más que sumar a la mochila.
Pero, la cosa se agrava si se pierde la esperanza de encontrar empleo porque a ella le seguiría la desmotivación general, la desgana, la apatía, el insomnio y problemas de varios tipos.
Existen además, otras muchas personas que no buscan empleo y que no se ocupan con nuevos cursos lamentándose en casa y pensando que ¡haga lo que haga no va a servir de nada! ( lo que me recuerda mucho a la teoría sobre la indefensión aprendida de Seligman)»
Estos pensamientos me han traído a la memoria una investigación realizada por Rafael Piqueras (Psicólogo y desde 1989 orientador laboral, actualmente en el Servicio Público de Empleo de la Región de Murcia ) y Alberto Rodríguez –Morejón (profesor titular del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga.) titulada “Expectativas y duración del desempleo” y publicada en la Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, vol. 24, 2, 129-151. En esta investigación los autores intentan, a través del estudio de diversas variables psicológicas, conocer porqué algunas personas consiguen un puesto de trabajo en menos tiempo que otras.
Según los mismos “en un mercado laboral equilibrado, las personas con mejor capacitación y mayor experiencia en su especialidad son las que, supuestamente, van a tener más oportunidad de emplearse. Otros dos factores puramente sociológicos son también importantes para explicar la rapidez de colocación: la edad, los empleadores prefieren gente joven; y el sexo, lamentablemente los varones siguen teniéndolo más fácil que las mujeres. Pero, ¿qué ocurre cuando hay un gran desajuste entre la oferta y la demanda?”
Según Rafael y Alberto “cobra entonces especial relevancia el propio proceso de búsqueda de empleo. Tienen ventajas los que tienen un buen y rápido acceso a la búsqueda de información, los que planifican adecuadamente el duro trabajo de buscar empleo, y los que son hábiles elaborando currícula o enfrentándose a entrevistas de selección”. Aunque pudiera parecer que con estos dos factores el éxito estaría garantizado, ¿qué ocurre cuando las cosas están realmente mal como puede suceder en la actualidad? “En estos casos, una variable estrictamente psicológica cobra una importancia fundamental: la motivación. Cuando la competencia es dura, son los más motivados los que siguen buscando a pesar de que la tarea sea decepcionante, los que perseveran aunque los resultados se hagan esperar”.
Para llegar a estas conclusiones, los autores evaluaron “las expectativas”, a través de una escala diseñada por ellos (ECP-BE: Expectativas de Control Percibido en Búsqueda de Empleo), en una muestra de 212 personas en situación prolongada de desempleo. Dicha escala mide cuatro aspectos:
– Autoeficacia en Búsqueda de Empleo
– Locus de Control Interno en Búsqueda de Empleo
– Locus de Control Externo en Búsqueda de Empleo
– Éxito en Búsqueda de Empleo.
Como principales resultados concluyen que “ el estudio pone de manifiesto la existencia de una relación significativa entre la motivación y la duración del desempleo, encontrándose que las personas con puntuaciones altas en la escala de expectativas (las que se sienten muy capaces de buscar empleo, piensan que cuanto más se esfuercen, más probabilidades tendrán de conseguirlo y además son optimistas sobre los logros) tardan como media 14 meses menos en conseguir trabajo que los que puntúan bajo.
De los cuatro tipos de expectativas estudiados, el más relevante ha resultado ser las expectativas de éxito: las personas optimistas (puntuaciones altas en Éxito en Búsqueda de Empleo) consiguieron un contrato 19 meses antes que las pesimistas y, para que se colocaran la mitad de los pesimistas, tuvieron que pasar 30 meses, momento en el que ya tenían trabajo el 70% de los optimistas. Las personas que son optimistas y creen que acabarán encontrando empleo lo encuentran antes que las pesimistas y esta variable es un predictor de rapidez de colocación al menos tan potente como la edad o el sexo”.
Creo que lo más interesante es que aunque no podamos elegir nuestro sexo y edad, si que podemos mejorar nuestra formación, nuestras técnicas de búsqueda de empleo y sobre todo nuestro optimismo.
Formación/Experiencia + Técnicas de Búsqueda de Empleo + OPTIMISMO
Por favor, sean optimistas!!!
“Expectativas y duración del desempleo” y publicada en la Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, vol. 24, 2, 129-151
Sergio Martín Corzo

¿DESPEDIR PARA REFORZAR EL NEGOCIO?…POR DESGRACIA, NO ES UN NUEVO VIDEOJUEGO

Entre algunos hobbies que practico, uno de ellos es el de los videojuegos (aunque la verdad que no me suele quedar demasiado tiempo para ello). Hace unos días se publicaba en Meristation, una revista electrónica especializada, que una gran empresa creadora y distribuidora de videojuegos iba a despedir al 10% del total de su plantilla ( compuesta por aproximadamente 10.000 trabajadores). La empresa en cuestión es Electronic Arts, y paso a dar una sucinta descripción de la misma para quien no la conozca.

Se trata de una compañía líder mundial en desarrollo, edición y distribución de software de entretenimiento interactivo para ordenadores personales, internet y sistemas de entretenimiento avanzados. Se fundó en 1982, y desde su nacimiento y con el paso de los años, EA ha sido líder creativo y, actualmente, la compañía continúa innovando y mejorando el juego interactivo. Gracias a la combinación de medios tecnológicos como la animación digital, el vídeo, las imágenes fotográficas, la captura de movimientos, los planos 3D y la tecnología de renderización de las siluetas, gráficos digitales y el sonido estéreo, EA aplica la tecnología y la creatividad para desarrollar el entretenimiento para el público general a través del medio interactivo.

La división española, Electronic Arts Software, S.L., también incluye el estudio de localización y desarrollo internacional de videojuegos más importante de Europa. Más de 50 empleados (ingenieros informáticos, productores, especialistas de sonido, lingüistas y diseñadores gráficos) trabajan en esta división, que proporciona más de 150 versiones localizadas de los videojuegos a más de 30 países de Europa, Oriente Próximo y Sudamérica.
Lo curioso es que Electronic Arts ha defendido los despidos que ha estado llevando a cabo, afirmando que son necesarios para reforzar el negocio. A pesar de que hace pocos meses ofrecía una cifra multimillonaria por Take Two (otro gran estudio de videojuegos) ahora anuncia un recorte del 10% por ciento de su personal con el objetivo de ahorrar 50 millones de dólares como consecuencia de unos decepcionantes resultados en el tercer trimestre del año.
Es indiscutible que en muchas ocasiones, y más aún en la coyuntura de crisis actual, es necesario hacer reajustes de plantillas, pero…
¿A qué se refiere Electronic Arts con «reforzar el negocio»?
¿La única manera de reforzar el negocio es con el despido de una parte de sus empleados?
¿Está motivando la crisis que los despidos sean una excusa fácil?
¿Es normal tal cantidad de despidos en una empresa que ha seguido generando altos beneficios?
¿Se comprometen las empresas con los trabajadores al mismo nivel que éstos con las empresas?
O.S.L.